Leaks se rió burlonamente. ¿Fue en satisfacción o en lástima?
Sin
previo aviso, la sensación punzante de que le desgarraran la cola empeoró.
¡No!
Konoe:
¡!
Abrió
los ojos. Lo primero que vio Konoe fue la Luna de Luz asomándose a través de
los árboles.
El
corazón de Konoe se aceleró. Era como una presión dolorosa en su pecho.
Su
mirada se movió de izquierda a derecha, puso una mano detrás de su cintura y
palpó su cola. No estaba arrancada, por lo que exhaló un suspiro de alivio.
¿Un
sueño …?
Repentinamente
su cuerpo se tensó.
¿Qué
fue de las marcas? ¿De qué color eran sus orejas y su cola? Anoche, la prueba
de la maldición desapareció.
Sin
embargo, solo pudo haber sido temporal. Podría haber regresado de la noche a la
mañana.
El
sonido de los latidos de su corazón se aceleró. Un sudor frío se formó por todo
su cuerpo.
Quería
asegurarse. Pero si realmente tenía las marcas, la idea de tan solo pensar en
eso le daba un miedo impotente.
Konoe
recordó su sueño. No, ¿realmente fue un sueño?
La
aldea de gatos, los demonios … y Leaks, sonriendo.
Lo
recordaba claramente. La figura tranquila y sonriente de Leaks le dio náuseas.
Nunca
se rendiría ante él. No había terminado. Quizás Leaks estaba, incluso ahora,
observando su miedo con diversión.
Con
esta conclusión, su miedo se desvaneció instantáneamente. Konoe respiró
lentamente y se detuvo, luego se llevó ambas manos a la cara.
No
habían marcas ahí.
Konoe:
…
Se
cubrió la cara con ambas manos y exhaló la respiración contenida. Estaba
aliviado.
Asato:
¿Cómo te sientes?
Al
escuchar la voz, quitó sus manos de su cara.
Bloqueando
la suave luz de la luna, los ojos de Asato lo miraron.
Rai
se sentó a su lado con los brazos cruzados.
Rai:
Parecía que estabas teniendo una pesadilla.
Konoe:
¿Mis orejas …?
Asato:
¿Orejas?
Konoe:
¿De que color son mis orejas …?
Asato
parecía no entender, y luego se rió un poco.
Asato:
No son negras. Son blancas con un poco de color marrón.
Konoe:
Ya veo.
Entonces
realmente habían regresado a su color normal.
El
asintió otra vez.
Cuando
miró, Konoe notó que Asato todavía estaba mirando a sus pies.
Konoe:
¿Qué pasa?
Asato:
Nada. Solo estaba pensando que tu cola es del mismo color.
Konoe:
¿Nm? ¿Y qué con eso?
Asato:
….
Asato
se quedó callado y miró fijamente la cola de Konoe, haciéndolo fruncir el ceño.
Konoe:
¿Asato?
Asato:
Ah, no es nada.
Konoe:
¿Mi cola es tan rara?
Asato:
No es eso … tu cola que ha vuelto a la normalidad, creo que es hermosa.
Konoe:
….
Su
boca se abrió e inadvertidamente curvó la cola para esconderla.
¿Asato
dijo cosas tan vergonzosas con tanta valentía porque creció en esa jaula
llamada Kira, sin saber estas cosas?
Asato
parpadeó ante la reacción de Konoe. Aparentemente, él simplemente no estaba al
tanto.
Konoe:
Deberías ir a Ransen. Seguro que serías popular.
Asato:
¿Nm? ¿Por qué?
Konoe:
Quien sabe.
Asato
ladeó la cabeza, genuinamente curioso.
Rai.
que había estado escuchando su conversación en silencio, ahora se burlaba
sutilmente.
Konoe:
¿Qué?
Rai:
Tu color es muy infantil.
Konoe
estaba ofendido por sus consideradas palabras.
Konoe:
Hay muchos gatos con este tipo de color.
Rai:
Los otros no importan. Estoy hablando de ti.
Konoe:
Tu …
Rai:
Es un color que va perfectamente con tu forma de ser.
Konoe:
!No le digas cosas malas a Konoe!
Rai:
Es la verdad.
Konoe:
…
Asato
le gruñó a Rai, pero a Rai no pareció importarle en absoluto.
Konoe
dio un suspiro largo y prolongado mientras se levantaba. Aunque se sentía un
poco pesado, su cuerpo se ya sentía un poco mejor.
Rai:
Ya va siendo hora de partir.
Rai
y Asato se pusieron de pie. Konoe se arregló la ropa y las siguió.
Rai:
¿Qué pasó ayer cuando quedaste inconsciente?
Fue
mientras caminaban por el bosque. De repente interrogado por Rai, Konoe miró
hacia arriba.
Konoe:
Conocí a los demonios.
Rai:
¿Cuando estabas inconciente?
Konoe:
No puedo decir si era un sueño o la realidad.
Pero
fue real. Real en su mente, no en su cuerpo.
Rai:
¿Los conociste en su verdadera forma?
Konoe:
Si.
Rai:
¿Tienes evidencia?
Konoe:
No tengo. Pero, ellos no eran sombras. Ellos definitivamente estaban en sus
verdaderas formas.
No
había duda de ello. Al menos, eran diferentes de las sombras que veía Konoe.
Mientras Konoe hablaba sin vacilar detrás de sus palabras, Rai no lo presionó más.
Asato:
¿Eso tiene relación con que la maldición haya desaparecido?
Konoe:
No lo se.
Las
marcas grabadas en las cuatro piedras se parecían a las marcas que aparecieron
en su cuerpo.
Las
serpientes de cuatro colores y los demonios probablemente también estaban
relacionados. Sentía que todo estaba unido de alguna manera, pero no podía
entenderlo. Simplemente lo frustraba. No sabía por qué estaba siendo atacado.
Verg
había llamado “presa” a Konoe. Él tampoco entendía eso. No entendía nada.
Mientras
afilaba sus garras para distraer su mente, el paisaje verde y serpenteante se
rompió. Y ese pueblo apareció.
Pronto
llegaron al desolado pueblo donde habían caminado los gatos cadáveres. Su corazón
latía como un tambor sin ninguna razón en particular ante ese pensamiento.
Naturalmente,
no había nadie en el pueblo.
Bajó
los ojos a la soledad. Sin cadáveres. Sin rastros de sangre. El pueblo estaba
desierto, como si nadie hubiera vivido aquí durante mucho tiempo.
Recordó
los gatos del pueblo que surgieron en su sueño. Aunque la maldición se rompió,
era un hecho que los gatos habían muerto por su culpa.
Aunque
habían sido controlados por la mano de Leaks, Konoe los había involucrado.
En
verdad, no tenían por qué haber muerto. Los gatos de este pueblo deberían haber
vivido sus días en paz. Tantas vidas se habían extinguido por su culpa.
Ahora
estaba muy consciente de ese horror. Le dolía el corazón como si fuera a
estallar.
Rai:
No hay tiempo para ponerse sentimental.
Caminando
por la aldea, Rai habló sin siquiera darse la vuelta.
Rai:
El resultado lo es todo.
Él
lo sabía. Este sería el resultado.
Aun
así… Konoe siguió caminando, levantando una mano para controlar su dolorido
corazón. Su ira hacia Leaks no fue suficiente para reemplazar su conciencia
culpable.
…………………………………………………………………………………………………………..
Para
cuando regresaron a Ransen, la Luna de Luz había ascendido por encima de sus
cabezas.
Las
calles estaban tan llenas de gente como siempre, y si Konoe se perdía, sería
tragado por la multitud.
Aunque
no había pasado mucho tiempo desde que dejaron la ciudad, se sentía como si me
hubiera ido por un tiempo terriblemente largo.
Repentinamente
Konoe se sintió cansado.
Debido
a que Asato parecía tener problemas para lidiar con la confusión de la ciudad,
probablemente estaba cruzando el vecindario sobre los tejados.
Caminando
por la calle, Konoe notó algo inusual en la atmósfera.
En
los puestos de los vendedores se exhibían ropas y máscaras extrañas, y vio muchos
dulces poco comunes y comidas elaboradas.
Dondequiera
que mirara, se mostraban banderas con el escudo de Ransen en las puertas y
ventanas.
Sin
embargo, debido a que también había decoraciones con sellos oscuros, los
colores se atenuaron y no fue exactamente alegre. Los trovadores tocaban música
constantemente.
Rai:
Es Antou.
Konoe:
¿Antou?
Rai:
Es un festival de invierno de Sisan que se celebra en Ransen. El invierno se
compara con un demonio, así que esto es como un ritual para protegerse de él.
Ciertamente
era más un ritual que un festival. Si este era el festival más grande de Sisa,
debería haber muchos visitantes de otras ciudades y pueblos.
En
ese caso …
Konoe:
¿Las posadas no estarán llenas?
Rai:
Iremos a la posada de antes.
Konoe:
Entonces …
Rai:
El dueño de esa posada debe una, ¿cierto?
Hablando
de eso, Konoe recordó que había asumido el papel de recepcionista hasta que
llegó el verdadero reemplazo. O mejor dicho, ese era el papel que se le impuso.
Bardo
dijo que siempre podría volver. No había tenido la intención de confiar en esa
oferta, pero ahora no tenía otra opción.
Konoe:
Vamos a preguntarle.
Aunque
no tenía ganas, Konoe se volvió para dirigirse a la posada de Bardo con Rai.
Vadeando
entre las oleadas de gatos, finalmente lograron llegar a la posada. Incluso si
Asato no estaba allí, Konoe se sintió tan cansado que simplemente entró por la
puerta.
A
diferencia de antes, los sonidos de una charla tranquila ahora resonaban en la
sala de espera. Parecía haber varios gatos que eran invitados aquí ahora.
Cuando
miró hacia el mostrador de recepción, había un gato rayado que pasaba un bolígrafo
por el papel, inclinaba la cabeza y fruncía el ceño.
Era
Bardo.
Konoe:
Disculpe …
Bardo:
Espera un momento.
Aunque
respondió, Bardo levantó una mano para detener a Konoe sin levantar la cabeza.
El
parecía estar perdido en sus pensamientos.
Bardo:
Aah … ¿esto parece que es asi ….? Entonces …. Ah … lo dejo. Es inútil estar
preocupado por cosas como esas.
Dejando
el bolígrafo solo, Bardo murmuró incoherentemente mientras se rascaba la cabeza
con una mano.
Bardo:
Por eso odio los tiempos de los festivales. Hay demasiados visitantes. Mi
cerebro está todo en un giro; apurémonos y.. ¿hm?
Bardo
finalmente notó a Konoe parado frente al mostrador.
Bardo:
Ah, mira quién es. Eres a quien le pedí un favor hace un tiempo. ¿Eres ...
Kunugi?
Konoe:
Soy Konoe.
Bardo:
Así es. Siento lo del otro día. Bueno, ¿qué necesitas hoy? ¿Has venido para
quedarte?
¿Para qué más vendrías
a una posada? Se preguntó Konoe.
Cuando
asintió, Bardo sonrió con orgullo por alguna razón.
Bardo:
Te lo dije, la época de los festivales es algo serio. Aunque Ransen es la
ciudad más grande de Sisa, no hay muchas posadas. Bueno, ¿te quedas?
Konoe:
Si hay una habitación disponible, me gustaría quedarme.
Bardo:
Ah, justo ahora hubo una cancelación. ¿Estás solo? ¿Alguien te acompaña?
Konoe:
Somos tres. Uno no esta aquí ahora, luego estoy yo y …
Se
volteo en dirección a Rai y se sorprendió.
Rai
mostró sus colmillos y esponjó su cola esponjosa y lisa, gruñendo. Los gatos
que lo rodeaban se alejaron de la sed de sangre que emanaba de él.
Su
ojo azul, normalmente tranquilo, se había dibujado en una rendija, llena de una
luz feroz.
Konoe
nunca lo había visto así antes.
Konoe:
Hey …
Rai:
¿Por qué estas tu aquí?
En
medio del gruñido había una voz baja inequívocamente dirigida a Bardo.
Konoe
miró a Bardo. Sin parecer particularmente sorprendido, Bardo se cruzó de brazos
con cansancio y miró a Rai. Esta postura también sorprendió a Konoe.
Bardo:
¿Por qué estoy aquí preguntas? Eso es porque soy el dueño de esta posada. Sería
extraño si no estuviera aquí. Ha pasado un tiempo desde que nos vimos y así me
saludas.
Rai:
Cállate.
Bardo:
¿Viniste aquí con Konoe? El mundo es pequeño.
¿Los
dos se conocen?
Konoe
miró a los dos con asombro.
Bardo
apoyó los codos en el mostrador y sonrió incómodo.
Bardo:
¿Aún no has curado ese mal hábito?
Rai:
¡!
En
ese momento, brilló una luz blanca. Luego vinieron los fuertes sonidos de un
viento fuerte y una ráfaga de aire.
Sin
saber lo que había sucedido, Konoe siguió el flujo de ese viento con la mirada.
Una
daga estaba clavada en el mostrador. Su punta estaba justo ante los ojos de
Bardo mientras descansaba sus codos en el mostrador.
Bardo
no vaciló, lanzando a Rai una mirada hacia arriba.
Bardo:
No te alborotes. Molestaras a los otros clientes.
Rai:
Hey, vamonos.
Pareciendo
estar conteniendo su ira, Rai habló con brusquedad. Aún apoyado contra el
mostrador, Bardo movió la daga con un dedo.
Bardo:
Las otras posadas están llenas. Sin alojamiento, ni siquiera un lugar para
comer. Si no quieres ver mi cara tanto, ¿no puedes simplemente pasar por el
mostrador de recepción sin levantar la cara?
Bardo:
No seas tan terco. Los gatos que permiten que la sangre se les suba a la cabeza
fácilmente morirán jovenes.
Konoe:
…
Los
gatos que permiten que la sangre se les suba a la cabeza fácilmente mueren
jóvenes. Estas mismas palabras exactas también habían venido de Rai antes.
¿Qué tipo de relación
tenían estos dos?
Konoe
miró a la cara de Rai.
Konoe:
Clamate un poco.
Rai:
¿Qué dijiste?
Konoe:
Tus circunstancias no importan. Ahora mismo, no hay otras posadas con
habitaciones vacías, ¿verdad? ¿Qué planeas hacer, dormir afuera?
Konoe:
Vine a que me devuelviera mi favor, así que me quedaré aquí. Si quieres ir a
otro lugar, puedes hacerlo tú mismo.
Rai
miró a Konoe, una tenue llama de resentimiento corriendo entre ellos.
¿Se opuso? Fue como
dijo.
Konoe
frunció los labios y miró directamente a Rai.
Honestamente,
su fuerza fue suficiente para hacer que quisiera fingir, pero reprimió su
timidez.
De
hecho, no le importaba especialmente dormir fuera. En la hierba o en el suelo,
dondequiera que estuviera bien, siempre que pudiera descansar.
Pero
en este momento, quería mostrarle a este gato que no siempre podía obtener lo
que quisiera.
El
Sanga apoya al Touga hasta el amargo final.
Pero
no como esclavo del Touga.
Durante
un tiempo, el enfrentamiento continuó. El aire estaba tan tenso que asustó a
los invitados y se fueron de la posada. Solo Bardo ocasionalmente golpeaba la
daga clavada en el mostrador, golpeándola con sus garras.
El
sudor se formó en el puño cerrado de Konoe. En momentos como este, el poder del
ojo de Rai era realmente intenso. Mantuvo una mirada aguda sobre él, sintiendo
como si hubiera metido la cola en un fuego.
Rai:
….
Finalmente,
Rai dejó escapar un suspiro y bajó el párpado. Parecía que habían recuperado la
compostura después de mirarse el uno al otro.
Pensó
Konoe. Rai y él no eran amigos. A lo sumo, estaban juntos por los intereses del
otro. No sería tan extraño incluso si se separaran.
Rai:
Como sea, haz lo que quieras.
Entonces,
¿finalmente se separarían aquí?
Pero
al momento siguiente, Konoe abrió mucho los ojos.
Pensó
que Rai se iba a ir, pero Rai se estaba dirigiendo al segundo piso.
Konoe:
….
Siguiendo
a Rai a toda prisa, Konoe miró por encima del hombro hacia el mostrador.
Bardo:
Sí, sí, ponte cómodo - le dijo Bardo.
Levantó
una mano ligeramente mientras la otra descansaba sobre el mostrador.
Sintiéndose sorprendido por su actitud, que carecía de motivos claros, Konoe volteó
hacia las escaleras.
Bardo:
¡Heey! ¡Te has olvidado de algo!
Bardo
le arrojó algo.
Konoe,
completamente distraído por Rai, trató de atrapar reflexivamente lo que le
lanzaron, pero inmediatamente se erizó y saltó hacia atrás.
Konoe
escuchó un sonido sordo.
Bardo
le dio una sonrisa tranquila.
Había
arrojado la daga de Rai. Hasta hace unos momentos, había estado atascado en el
mostrador, y ahora perforaba el piso donde Konoe acababa de estar parado.
Escuchó
un sonido metálico, y cuando miró, vio dos llaves enganchadas en la cruceta.
Probablemente eran las llaves de su habitación.
Pero
ese no era el problema en este momento. Toda la sangre de Konoe se fue a sus
pies.
Konoe:
¡Tu …!
Cuando
Konoe gruñó instintivamente, Bardo se rió y agitó una mano en un gesto.
Bardo:
Sabía que lo eludirías con seguridad.
Konoe:
¿De dónde sacaste ese
tipo de confianza en mí?
Bardo:
Sentimiento.
Konoe:
¿No pensaste en ninguna
otra posibilidad?
Bardo:
Si no piensas positivamente, no es divertido. Si pasa algo malo, entonces pasa.
No
sabía lo que sucedió en su pasado, pero este tipo realmente podría enojar a
Rai.
Cuando
Konoe miró más de cerca, Bardo tenía una complexión fuerte por trabajar como
posadero. Más allá de su indignación, también sintió una espantosa sensación de
debilidad, y Konoe sacó la daga de Rai y arrastró sus pies escaleras arriba.
Bardo:
Ah, cierto. Hay tres de ustedes, ¿verdad? Su habitación es la que está en la
parte de atrás, en el extremo derecho. Solo tengo dos habitaciones disponibles
en este momento. Solo tengan paciencia hasta que consiga otra.
La
voz de Bardo sonó detrás de él. Los otros invitados bajaron sus orejas y observaron
todo el evento desde la distancia, temblando de miedo.
Cuando
llegó al segundo piso, Rai estaba en el pasillo. Todavía parecía disgustado,
pero parecía haber recobrado el sentido.
Konoe:
Ten, esto es tuyo.
Konoe
presentó la daga, y Rai la agarró en silencio y la enfundó.
Konoe:
Bueno …
Abrió
la boca y luego la volvió a cerrar. Rai se volteó con cara de duda. Había
muchas cosas que Konoe quería preguntar, pero por alguna razón tenía problemas
para decirlas.
Rai:
¿Qué?
Konoe:
¿Por qué no te fuiste? No te cae bien el dueño ¿cierto?
Rai:
Para ser honesto, todavía quiero irme. Pero como estás aquí, no tengo otra
opción.
Rai
suspiró y se cruzó de brazos, balanceando la cola.
Rai:
Eres un Sanga valioso. Si me fuera ahora y pasara algo, sería problemático.
Konoe:
….
Un
valioso Sanga. Eso es cierto. Pero por alguna razón, sintió dolor en su pecho.
Sin
saber cómo responder, Konoe bajó los ojos y buscó las palabras adecuadas. Rai
también se quedó en silencio.
Konoe
realmente quería preguntar qué tipo de relación tenía Rai con Bardo, pero no
era el momento adecuado.
Un
poco irritado, abrió la boca como si tratara de mejorar el estado de ánimo.
Konoe:
Nuestras habitaciones son las dos de la parte de atrás, a la derecha. ¿Cuál...?
En
este momento, Konoe escuchó golpes en la ventana.
Sorprendido,
miró hacia atrás.
Directamente
al final del pasillo, fuera de la ventana grande, vio el torso al revés de un
gato negro.
Konoe:
¿Asato …?
TRADUCCIÓN
AL ESPAÑOL POR: SAKURADA DI
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