Entrada destacada

¡Se miembro! (Actualizado)

 Los invito a ser parte de la comunidad de miembros de mi humilde canal de YouTube, Digames 2. Únanse para disfrutar de los beneficios que t...

viernes, 29 de agosto de 2025

Lucky Dog 1 + Bad Egg (Daivan) #17

 

Daivan – 50%

 

Una cafetería en un rincón de la zona antigua de la ciudad. La tienda fue construida justo después del cambio de siglo XX, y aunque era antigua y el interior y las ventanas estaban manchados de hollín...

 

[El Cuarto...] El nombre del bar, que hace referencia al 4 de julio, iluminó el cartel de bronce con un brillo apagado, como para declarar que éste no era un simple bar trillado ni una guarida de matones.

 

Ronnie: Ha pasado mucho tiempo, Rick. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que viniste a esta tienda? Serás imbécil, jajaja.

 

Riccardo: Lo siento. La última vez que vine fue cuando estabas hospitalizado. Ron, ¿Cómo está tu herida?

 

Riccardo se sentó en una silla en el café. Frente a él estaba un hombre de mediana edad sentado en una silla de ruedas: el dueño de la tienda, Ronnie Arlen.

 

El señor llevaba una vieja chaqueta militar color caqui. Y su pierna todavía tenía vendajes y una férula. El hombre... me da una sonrisa radiante.

 

Ronnie: Ya no tendré que usar férulas para Navidad. El año que viene... podré caminar con un bastón. No me mires así, Rick. Estaré bien.

 

Riccardo: Lo siento … si en aquel momento yo hubiera asistido a la reunión también …

 

Ronnie: Ahora eres miembro del sindicato, ¿no? En aquel entonces éramos demasiado ingenuos … quien hubiera imaginado que eso pasaría …

 

Ronnie:  Luchamos en el barro de Marne durante la gran guerra europea y nunca imaginamos que seríamos fusilados por el ejército de nuestro propio país.

 

Ronnie: Decían que seríamos héroes cuando regresáramos... ¡maldita sea! ¿Y luego qué? ¡Menos de 20 años después, a los veteranos nos tratan como basura...! Maldita sea...

 

Ronnie: ¡Que ejercito de bonificación ni que nada! Mierda, ¡nosotros solo queríamos …maldición!

 

Riccardo: Han pasado 14 años desde ese entonces … Nada ha cambiado. Ni el país, ni nosotros …

 

Ronnie: Estoy mejor, tengo esta tienda... pero mis compañeros... están en una recesión de mierda y ni siquiera tienen trabajo como encargados de estacionamiento.

 

Ronnie: Preferimos apelar al país que morir de hambre … pero ese maldito bastardo lame culos, nos apunto con una bayoneta … y disparo. ¡Nos disparó!

 

Riccardo: Lo siento mucho, Ron. No tengo derecho a decir algo dado que ni siquiera asistí a esa reunión. 

 

Incidente del ejército de bonificación. En junio de 1932, los soldados que regresaban de la Primera Guerra Mundial marcharon a la capital para exigir que se les pagaran sus pensiones anticipadamente.

 

El incidente terminó cuando el grupo de soldados que regresaban fue reprimido por el Ejército bajo el mando del general MacArthur. Los soldados que regresaron sufrieron muchas bajas...

 

Después de ese incidente, todavía... no se dio absolutamente ningún apoyo a los soldados que regresaban. Los soldados que regresaron no eran los únicos que luchaban con la recesión...

 

Aunque la opinión pública apoyaba a los soldados que regresaban, no fue hasta 1935 que se les brindó ayuda concreta.

 

Ronnie: Si hubiera sabido que algo como esto pasaría … hubiera preferido morir en Marne …

 

En ese momento, una mujer salió de la parte trasera de la tienda, es la esposa de Ronnie, no era joven, pero vestía un elegante vestido y delantal y trajo una bandeja de café.

 

Riccardo: Gracias, Clara. Ron, la tienes a ella y a tu hijo. No digas estupideces.

 

Ronnie: Lo siento.  Maldita sea, nunca pensé que el inmortal Ron, que no había sido herido ni siquiera frente a las ametralladoras alemanas, sería asesinado por sus propios aliados...

 

Ronnie: Cuando estás herido, te vuelves cobarde. Bebamos, Rick.

 

“Sí” - respondió Riccardo... El aroma del café llenaba el aire de la vieja tienda, como una melodía lenta de cuerdas.

 

Ronnie:  Y bueno, Rick. También escuché por teléfono que estabas reuniendo a tus antiguos compañeros soldados.

 

Riccardo: Sí, te lo pido Ron. Tienes cierta influencia entre aquellos que se unieron al Ejército de Bonificación... entre aquellos que han sido abandonados por el gobierno.

 

Riccardo: Diles... que el Pequeño George de Marne está reuniendo hombres... hombres que darán su vida por dinero.

 

Ronnie: ¿Y qué hay de tu trabajo en el sindicato?

 

Con esto, el dueño de la tienda, Ronnie, le habló a su esposa, que estaba detrás de él como una muñeca de porcelana, y la hizo entrar más en la parte profunda de la tienda.

 

Ronnie: Lo siento, Rick.

 

El mejor amigo de Riccardo no llama a su amigo involucrado en negocios turbios "mafia", sino sindicato... pero, aun así, entrecierra los ojos con sospecha.

 

Ronnie: Lo siento, pero no puedo colaborar con las acciones violentas de la Unión Italiana. Mis compañeros tampoco pueden...

 

Riccardo: Te equivocas. Esto no tiene nada que ver con el sindicato. No es por las razas, ni organizaciones, ni naciones, ni ideologías. Sólo quiero poder matar gente con dinero.

 

Ronnie: ¿No es por la raza, ni por la organización? ¿Vas a ir a la guerra contra el Nunca Jamás? Dime contra quién estás luchando.

 

Riccardo: Contras los gánsteres que viven en Daivan. Los villanos inmundos que vienen de otros pueblos. Y la mafia que tiembla en una esquina de Daivan...

 

Ronnie: ¿Es enserio …?

 

Riccardo: Voy a acabar con todos ellos. Cualquiera que se interponga en nuestro camino, o lo que sea... Por favor, Ron. ¿Me ayudarías?

 

Ronnie: Pensé que eras más … ¿Cómo decirlo …? ¿Seguro en tus acciones …? Pero, ¿qué te pasa? Como que estás diferente …

 

Ronnie: Pareciera como si estuvieras enfermo. Como si tuvieras fiebre.

 

Riccardo: Si, quizás sea así. Estoy un poco loco ahora mismo.

 

Riccardo dijo esto y recogió la bolsa de lona que estaba a sus pies. Riccardo la abre y le muestra lo que hay dentro.

 

Ronnie: ¡¿?! ¿Uh? Ah, lo siento … eso no me lo esperaba. ¿Qué pasa con eso? No parece dinero ganado decentemente.

 

Riccardo: Sí, no es decente. Sin embargo, sigue siendo dinero. Es dinero bueno y confiable. Quiero reunir hombres con esto... (con la frase “es dinero bueno y confiable”, lo puse así porque en la traducción literal de la frase diría algo como que es una carnada, como si fuera una mujer de largas piernas … me pareció raro ponerle así en la traducción, así que lo cambié)

 

Riccardo: Todavía hay más dinero. Necesito hombres que puedan matar por dinero, hombres que puedan perder su vida por dinero. Debe haber innumerables veteranos que regresaron de la guerra.

 

La bolsa contenía varios miles de dólares en efectivo que Walther había reservado para sus actividades, junto con fajos de billetes gastados con números de emisión irregulares.

 

Ronnie: Supongo que es mejor no preguntar de dónde salió el dinero... Tú no eres el cerebro detrás de esta guerra, ¿verdad?

 

Riccardo: No. Pero, te guste o no... pronto estarás leyendo nuestros nombres en los periódicos, en la radio, y estarás leyendo y escuchando el nombre de mi señor actual, te guste o no.

 

El dueño de la tienda pensó por un momento en su silla de ruedas... y luego...

 

Ronnie: De acuerdo. Hablaré con algunos de mis amigos que viven en los barrios marginales.

 

Ronnie: Eres tu el empleador, ¿verdad Rick? De ser así, entonces les diré: “El pequeño George de Marne está en busca de hombres de verdad …”.

 

Riccardo: Sí, así esta bien. Diles también que no importa si son gánsteres malvados y corruptos.

 

Riccardo: Y que les pagaré por cada incursión. Es mejor que estar plagado de piojos y morir de hambre.

 

Ronnie: Entendido. Utiliza esta tienda como tu información de contacto. ¿Cómo puedo ponerme en contacto contigo?

 

Riccardo: Mis compañeros están instalando una línea telefónica segura en este momento. Hasta que esa línea esté operativa...

 

Riccardo: Vendré a esta tienda. Por supuesto... cuando los hombres se reúnan, utilizaré un lugar de encuentro diferente. No causaré ningún problema a ti ni a la tienda.

 

Ronnie: De acuerdo. Iré a hablarles de esto hoy mismo. ¡Mierda! Ahh, si mis piernas estuvieran bien …

 

Riccardo: Bueno, sería bueno tener con nosotros al inmortal Ron. Pero ahora mismo... debes cuidar bien de esta tienda y de Clara... y de esto.

 

Diciendo esto, Riccardo sacó del bolsillo de su chaqueta algo parecido a un sobre envuelto en periódico y lo puso en la mano de su compañero.

 

Incluso sin mirar el contenido... su forma decía claramente que se trataba de una pila de billetes de un dólar sumados hasta contar 200 dólares.

 

Ronnie: ¡! ¡Hey, Rick! ¿Qué …?

 

Riccardo: Es por los problemas que te he causado. Lamento no haber podido asistir a la marcha de junio. Pero a cambio... puedes usarlos.

 

Ronnie: ¡Mierda! ¡Haciendo lo que se te da la gana! Siempre haces lo mismo … tu … tu … bastardo cabrón. Gracias, me será de ayuda.

 

Ronnie: Hoy en día no sólo no hay impuestos, sino que además pagamos mucho dinero para comprar cosas... Si mi cuerpo no estuviera en esta situación...

 

Riccardo se levantó y... con su gran mano le dio a su compañero, que rechinaba los dientes con frustración en su silla de ruedas, unas cálidas palmaditas en los hombros.

 

Riccardo: Ve con un buen doctor usando ese dinero. Volveré de nuevo. Despídete de Clara por mí.

 

Ronnie: Gracias … Ah, por cierto, ¿cómo están tu esposa e hija?

 

Riccardo: Bueno, Beatriz lleva un tiempo viviendo con sus padres. En aquel entonces yo trabajaba en la trastienda...

 

Riccardo: Pero … es un buen momento que esté con ellos.

 

El dueño de la tienda simplemente respondió: "Ya veo". De repente, como si hubiera recordado algo, empujó las ruedas de su silla de ruedas hacia el mostrador... y luego regresó.

 

En su mano... sobresaliendo del estuche de cuero había un palo grueso. Sostenía una pala vieja que todavía estaba cubierta de barro rojo oscuro.

 

Riccardo: Esto … ¡que nostalgia! ¡¿Todavía lo conservabas?!

 

Ronnie: Lo dejé ahí por seguridad de la tienda. No creo que pueda seguir usándolo. Úsalo, pequeño George.

 

Riccardo, un soldado que regresó de las guerras europeas, recibió el nombre del nombre de infancia del primer presidente...

 

Riccardo: Gracias. Esta hacha es más afilada que cualquier otra del mercado.

 

Riccardo recibe una cuchara militar empapada en barro y sangre del campo de batalla y la agarra llevándola hacia sus fosas nasales y su lengua...

 

Débil, pero inolvidable. Barro y humo. El olor penetrante del gas cloro y del ácido pícrico es explosivo. Y el olor a sangre y óxido acechaba como fantasmas.

 

………………………………………………………………………………………………………….

 

Un rincón del puerto de Rockfort después del anochecer. Había un edificio en un bloque lleno de antiguas casas comerciales, almacenes y edificios de oficinas de alquiler...

 

En la oficina del puerto de Rockford …

 

Oficinista 1: ¡Guh, giiaaahh!

 

Oficinista 2: ¡B-Bastardo!

 

Oficinista 2: ¡Ngh! Buaah …

 

Funcionario sindical: ¡Hih, hihhh! T-Tu …

 

Oficinista 3: ¡¿Una redada?! ¡AAAhhhg! ¡Maldita sea!

 

De repente, los dos hombres se desplomaron en el suelo de la oficina, salpicando sangre y gritando. Finalmente, los hombres restantes se dan cuenta de lo que ha sucedido.

 

Un hombre asiático, un mendigo o un culí, entró a la oficina pidiendo indicaciones... y hace apenas tres segundos estaba a punto de ser golpeado para ahuyentarlo.

 

Y, cuando esos tres segundos pasaron... finalmente llegó el momento para que los hombres del muelle se dieran cuenta de que dos de sus compañeros habían sido asesinados por la espada en manos de ese hombre oriental.

 

Ya era demasiado tarde para ser atendido. Así fue lo que pasó.

 

Oficinista 3: ¡Te mata … buuhg!

 

El hombre fuerte blandió el bate que tenía en su oficina... pero antes de que pudiera poner en acción el bate …

 

En la mano derecha del hombre asiático, una pieza cuadrada de acero, estaba siendo sostenida entre los dedos de su puño ligeramente cerrado... y con la hoja de un cuchillo chino sin mango, le abrieron ambos globos oculares horizontalmente al oficinista, hasta por encima de las orejas.

 

Funcionario sindical: ¡¿Ah, aahhh?! ¡Uh, uuahah!

 

El jefe de la oficina del sindicato finalmente logró sacar una pistola del cajón de su escritorio y apuntó al intruso con dedos temblorosos.

 

No pudo apuntar. El hombre vestido de negro con aspecto de parca hizo un movimiento. La muñeca del líder sindical quedo colgando flácidamente...

 

Funcionario sindical: ¡¿Hiih?! ¿Huh …? ¡Guh, gyaaaah!

 

La muñeca del hombre había sido cortada por la mitad, incluida la pistola y sangre fresca cayeron de su mano sobre el escritorio. Frente al hombre que gritaba de dolor y de rabia...

 

Teshikaga: ¿No fue cruel? Solo porque soy un asiático, no puedo creer que de repente decidieran golpearme.

 

Funcionario sindical: ¡Huh, guh! ¡A-Alguien ….. gug!

 

Teshikaga: Cállese, por favor. Se lo dije, ¿no? Tengo algo que preguntar. Creo que ya va siendo hora... ¿le importaría que le pregunte?

 

Funcionario sindical: B-Bastardo … ¿Quién eres …?

 

Teshikaga: Le voy a preguntar. Si no me responde, o miente …

 

Ante los ojos de un hombre que sufre miedo, un dolor insoportable y hemorragia, a hoja cuadrada manchada de sangre se movió suavemente, como si le acariciara el globo ocular.

 

Funcionario sindical: ¡Ah … ahaa! ¡P-Para ...!

 

Teshikaga: El almacén que está al oeste del puerto. Los planos de ese almacén están en esta oficina, ¿verdad?

 

Funcionario sindical: ¿Uh, uhh? ¿Q-Qué has dicho? Almacén … ¿Qué carajos quieres decir con los planos de un almacén …? 

 

El hombre escupió estas palabras mientras sus ojos se dirigían hacia los gabinetes alineados en la parte trasera de la oficina, luego los desvió.

 

Eso fue suficiente para Teshikaga.

 

Teshikaga: Ya veo. Bueno, por último, me gustaría preguntar por una dirección.

 

Funcionario sindical: ¿H-Has dicho dirección …?

 

Teshikaga: Sí. Originalmente, ustedes, la Asociación Portuaria, deberían contribuir al desarrollo y la seguridad de este puerto, y proteger la autonomía y la vida de sus ciudadanos...

 

Teshikaga: Aprovechando el debilitamiento de los sindicatos italianos, se confabularon con la mafia extranjera e hicieron la vista gorda ante sus fechorías, e incluso...

 

Teshikaga: También usaron el nombre de las actividades sindicales para intimidar a pescadores pobres no sindicalizados y a dueños de puestos de comida. Realmente presencie de una gran experiencia real.

 

Funcionario sindical: ¡¿Y-Y eso qué?! ¿Eso qué tiene que ver con la dirección? ¡¿De qué estás hablando?!

 

Teshikaga: Creo que tu debes saber muy bien de lo que hablo …

 

Funcionario sindical: ¡Guh ...! ¡Gaag!

 

Teshikaga: Hablo de la dirección al infierno.

 

Funcionario sindical: Guh … buuah ….

 

En un instante, el cuchillo que había tomado Teshikaga se hundió profundamente en el estómago obeso del hombre vestido de traje. Respirar, pero al mismo tiempo no poder respirar, lo apuñalo de tal forma que no pudiera morir instantáneamente...

 

Mientras sacaba la hoja, manchada de sangre pegajosa y entrañas, y la limpiaba con un paño sobre el escritorio... los ojos de Teshikaga se dirigieron al gabinete al fondo de la habitación, luego...

 

Teshikaga: Bueno …

 

Los ojos de Teshikaga captaron la visión de un calentador de aceite funcionando junto a la ventana de la oficina, produciendo un leve zumbido. Sonrió, como un joven inocente.

 

*BOOM*

 

Señora de un puesto de comida: ¡¿U-Uwaah?! ¡¿Qué fue eso?!

 

Señor de un puesto de comida: ¡Waaah! ¿No es ese el edificio de la Asociación Portuaria? ¡Se está incendiando!

 

El edificio que albergaba las oficinas de la asociación portuaria...  sus ventanas fueron destrozadas por una llama explosiva y flamas de humo rojo oscuro salieron disparadas...

 

Como una caja de cerillas llena, fue instantáneamente envuelta en llamas...

 

………………………………………………………………………………………………………………

 

Estando dentro de la camioneta de Max ….

 

Disminuye la velocidad silenciosamente en las calles del centro y aparca el coche, dejando al conductor medio dormido con cara de estar a punto de orinarse. Al anochecer, la carrocería del coche se convirtió en una simple sombra negra...

 

Max: Hey, Gian. ¿Estás seguro que quieres bajarte aquí? Todavía falta un poco más para llegar a la iglesia.

 

Gian: Si, no importa. No hay problema. Volveré en unos 10 minutos.

 

Me volví hacia Max, cuya voz ansiosa sólo podía oírse desde el asiento del conductor, completamente oscuro.

 

Salto a la calle y corro. Detrás de mí, todavía podía oír a Max quejándose.

 

Max: ¿Q-Qué es esto? Es un viento bastante espeluznante. ¿Va a llover …? N-No debe ser eso, esta atardeciendo, buuuh … me siento mal.

 

Me detuve antes de llegar a la iglesia y me quedé al acecho en el crepúsculo. Tuve un mal presentimiento, como si se tratase de un golpe directo. Veo un gran sedán estaba estacionado frente a la puerta de la iglesia.

 

Es un Rolls Royce blanco, no un coche que tendría una persona decente. Es más, había dos hombres con trajes negros haciendo guardia alrededor del coche, que tampoco parecían personas decentes ... actuaban nerviosos y ansiosos.

 

¿Qué carajos pasa con esos tipos …?

 

No parecen personas normales, pero tampoco parecen mafiosos. Supongo que probablemente sean hombres ricos que vinieron aquí a escondidas para confesar su libertinaje después de varias noches de diversión... Qué estupidez.

 

Conocía bien la iglesia... Para evitar sus miradas, caminé a través de los arbustos hasta el patio donde se encontraba la iglesia ...

 

La puerta de la iglesia estaba entreabierta así que me deslicé hacia dentro... y el viejo panel de madera de aspecto nostálgico hizo un ruido al golpear mi hombro.

 

¿Hay alguien ahí? La capilla está tenuemente iluminada e.… inusual. ¿Habrá venido algún patrocinador importante?

 

Caminé hacia adelante, tratando de silenciar mis pasos...

 

Rosalía: Padre nuestro que estás en los cielos. Santificado sea tu santo nombre... Dios...

 

Rosalía:  Por favor, proteja a los chicos, al abuelo a Iván …. Se lo suplico, proteja a todos los de esta ciudad. 

 

Pero qué demonios. ¿Una niña?

 

El que adoraba con velas llamativas no era un anciano rico ni una señora disoluta... era solo una pequeña niña que vestía una especie de uniforme.

 

Mientras caminaba hacia adelante haciendo ruidos fuertes a propósito... La enana, que acababa de terminar su oración y había hecho la señal de la cruz, sintió una presencia detrás de ella y rápidamente se levantó y se dio la vuelta.

 

Rosalía: ¿Eh? Ehm, b-buenas tardes. “Buenas tardes, señor”. (Esto último lo dice en italiano)

 

Era una enana que nunca había visto antes. Llevaba un uniforme bien confeccionado de alguna escuela de niñas o algo así, y no era para nada tímida, se notaba que no es intimidada...

 

TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL POR: SAKURADA DI

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Buscar este blog