Daivan – 50%
Una
cafetería en un rincón de la zona antigua de la ciudad. La tienda fue
construida justo después del cambio de siglo XX, y aunque era antigua y el
interior y las ventanas estaban manchados de hollín...
[El
Cuarto...] El nombre del bar, que hace referencia al 4 de julio, iluminó el
cartel de bronce con un brillo apagado, como para declarar que éste no era un
simple bar trillado ni una guarida de matones.
Ronnie:
Ha pasado mucho tiempo, Rick. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que
viniste a esta tienda? Serás imbécil, jajaja.
Riccardo:
Lo siento. La última vez que vine fue cuando estabas hospitalizado. Ron, ¿Cómo
está tu herida?
Riccardo
se sentó en una silla en el café. Frente a él estaba un hombre de mediana edad
sentado en una silla de ruedas: el dueño de la tienda, Ronnie Arlen.
El
señor llevaba una vieja chaqueta militar color caqui. Y su pierna todavía tenía
vendajes y una férula. El hombre... me da una sonrisa radiante.
Ronnie:
Ya no tendré que usar férulas para Navidad. El año que viene... podré caminar
con un bastón. No me mires así, Rick. Estaré bien.
Riccardo:
Lo siento … si en aquel momento yo hubiera asistido a la reunión también …
Ronnie:
Ahora eres miembro del sindicato, ¿no? En aquel entonces éramos demasiado
ingenuos … quien hubiera imaginado que eso pasaría …
Ronnie:
Luchamos en el barro de Marne durante la
gran guerra europea y nunca imaginamos que seríamos fusilados por el ejército
de nuestro propio país.
Ronnie:
Decían que seríamos héroes cuando regresáramos... ¡maldita sea! ¿Y luego qué?
¡Menos de 20 años después, a los veteranos nos tratan como basura...! Maldita
sea...
Ronnie:
¡Que ejercito de bonificación ni que nada! Mierda, ¡nosotros solo queríamos
…maldición!
Riccardo:
Han pasado 14 años desde ese entonces … Nada ha cambiado. Ni el país, ni
nosotros …
Ronnie:
Estoy mejor, tengo esta tienda... pero mis compañeros... están en una recesión
de mierda y ni siquiera tienen trabajo como encargados de estacionamiento.
Ronnie:
Preferimos apelar al país que morir de hambre … pero ese maldito bastardo lame
culos, nos apunto con una bayoneta … y disparo. ¡Nos disparó!
Riccardo:
Lo siento mucho, Ron. No tengo derecho a decir algo dado que ni siquiera asistí
a esa reunión.
Incidente
del ejército de bonificación. En junio de 1932, los soldados que regresaban de
la Primera Guerra Mundial marcharon a la capital para exigir que se les pagaran
sus pensiones anticipadamente.
El
incidente terminó cuando el grupo de soldados que regresaban fue reprimido por
el Ejército bajo el mando del general MacArthur. Los soldados que regresaron
sufrieron muchas bajas...
Después
de ese incidente, todavía... no se dio absolutamente ningún apoyo a los
soldados que regresaban. Los soldados que regresaron no eran los únicos que
luchaban con la recesión...
Aunque
la opinión pública apoyaba a los soldados que regresaban, no fue hasta 1935 que
se les brindó ayuda concreta.
Ronnie:
Si hubiera sabido que algo como esto pasaría … hubiera preferido morir en Marne
…
En
ese momento, una mujer salió de la parte trasera de la tienda, es la esposa de
Ronnie, no era joven, pero vestía un elegante vestido y delantal y trajo una
bandeja de café.
Riccardo:
Gracias, Clara. Ron, la tienes a ella y a tu hijo. No digas estupideces.
Ronnie:
Lo siento. Maldita sea, nunca pensé que
el inmortal Ron, que no había sido herido ni siquiera frente a las
ametralladoras alemanas, sería asesinado por sus propios aliados...
Ronnie:
Cuando estás herido, te vuelves cobarde. Bebamos, Rick.
“Sí”
- respondió Riccardo... El aroma del café llenaba el aire de la vieja tienda,
como una melodía lenta de cuerdas.
Ronnie: Y bueno, Rick. También escuché por teléfono
que estabas reuniendo a tus antiguos compañeros soldados.
Riccardo:
Sí, te lo pido Ron. Tienes cierta influencia entre aquellos que se unieron al
Ejército de Bonificación... entre aquellos que han sido abandonados por el
gobierno.
Riccardo:
Diles... que el Pequeño George de Marne está reuniendo hombres... hombres que
darán su vida por dinero.
Ronnie:
¿Y qué hay de tu trabajo en el sindicato?
Con
esto, el dueño de la tienda, Ronnie, le habló a su esposa, que estaba detrás de
él como una muñeca de porcelana, y la hizo entrar más en la parte profunda de
la tienda.
Ronnie:
Lo siento, Rick.
El
mejor amigo de Riccardo no llama a su amigo involucrado en negocios turbios
"mafia", sino sindicato... pero, aun así, entrecierra los ojos con
sospecha.
Ronnie:
Lo siento, pero no puedo colaborar con las acciones violentas de la Unión
Italiana. Mis compañeros tampoco pueden...
Riccardo:
Te equivocas. Esto no tiene nada que ver con el sindicato. No es por las razas,
ni organizaciones, ni naciones, ni ideologías. Sólo quiero poder matar gente
con dinero.
Ronnie:
¿No es por la raza, ni por la organización? ¿Vas a ir a la guerra contra el
Nunca Jamás? Dime contra quién estás luchando.
Riccardo:
Contras los gánsteres que viven en Daivan. Los villanos inmundos que vienen de
otros pueblos. Y la mafia que tiembla en una esquina de Daivan...
Ronnie:
¿Es enserio …?
Riccardo:
Voy a acabar con todos ellos. Cualquiera que se interponga en nuestro camino, o
lo que sea... Por favor, Ron. ¿Me ayudarías?
Ronnie:
Pensé que eras más … ¿Cómo decirlo …? ¿Seguro en tus acciones …? Pero, ¿qué te
pasa? Como que estás diferente …
Ronnie:
Pareciera como si estuvieras enfermo. Como si tuvieras fiebre.
Riccardo:
Si, quizás sea así. Estoy un poco loco ahora mismo.
Riccardo
dijo esto y recogió la bolsa de lona que estaba a sus pies. Riccardo la abre y
le muestra lo que hay dentro.
Ronnie:
¡¿?! ¿Uh? Ah, lo siento … eso no me lo esperaba. ¿Qué pasa con eso? No parece
dinero ganado decentemente.
Riccardo:
Sí, no es decente. Sin embargo, sigue siendo dinero. Es dinero bueno y
confiable. Quiero reunir hombres con esto... (con la frase “es dinero bueno
y confiable”, lo puse así porque en la traducción literal de la frase diría
algo como que es una carnada, como si fuera una mujer de largas piernas … me
pareció raro ponerle así en la traducción, así que lo cambié)
Riccardo:
Todavía hay más dinero. Necesito hombres que puedan matar por dinero, hombres
que puedan perder su vida por dinero. Debe haber innumerables veteranos que
regresaron de la guerra.
La
bolsa contenía varios miles de dólares en efectivo que Walther había reservado
para sus actividades, junto con fajos de billetes gastados con números de
emisión irregulares.
Ronnie:
Supongo que es mejor no preguntar de dónde salió el dinero... Tú no eres el
cerebro detrás de esta guerra, ¿verdad?
Riccardo:
No. Pero, te guste o no... pronto estarás leyendo nuestros nombres en los
periódicos, en la radio, y estarás leyendo y escuchando el nombre de mi señor
actual, te guste o no.
El
dueño de la tienda pensó por un momento en su silla de ruedas... y luego...
Ronnie:
De acuerdo. Hablaré con algunos de mis amigos que viven en los barrios
marginales.
Ronnie:
Eres tu el empleador, ¿verdad Rick? De ser así, entonces les diré: “El pequeño
George de Marne está en busca de hombres de verdad …”.
Riccardo:
Sí, así esta bien. Diles también que no importa si son gánsteres malvados y
corruptos.
Riccardo:
Y que les pagaré por cada incursión. Es mejor que estar plagado de piojos y
morir de hambre.
Ronnie:
Entendido. Utiliza esta tienda como tu información de contacto. ¿Cómo puedo
ponerme en contacto contigo?
Riccardo:
Mis compañeros están instalando una línea telefónica segura en este momento.
Hasta que esa línea esté operativa...
Riccardo:
Vendré a esta tienda. Por supuesto... cuando los hombres se reúnan, utilizaré
un lugar de encuentro diferente. No causaré ningún problema a ti ni a la
tienda.
Ronnie:
De acuerdo. Iré a hablarles de esto hoy mismo. ¡Mierda! Ahh, si mis piernas
estuvieran bien …
Riccardo:
Bueno, sería bueno tener con nosotros al inmortal Ron. Pero ahora mismo...
debes cuidar bien de esta tienda y de Clara... y de esto.
Diciendo
esto, Riccardo sacó del bolsillo de su chaqueta algo parecido a un sobre
envuelto en periódico y lo puso en la mano de su compañero.
Incluso
sin mirar el contenido... su forma decía claramente que se trataba de una pila
de billetes de un dólar sumados hasta contar 200 dólares.
Ronnie:
¡! ¡Hey, Rick! ¿Qué …?
Riccardo:
Es por los problemas que te he causado. Lamento no haber podido asistir a la
marcha de junio. Pero a cambio... puedes usarlos.
Ronnie:
¡Mierda! ¡Haciendo lo que se te da la gana! Siempre haces lo mismo … tu … tu …
bastardo cabrón. Gracias, me será de ayuda.
Ronnie:
Hoy en día no sólo no hay impuestos, sino que además pagamos mucho dinero para
comprar cosas... Si mi cuerpo no estuviera en esta situación...
Riccardo
se levantó y... con su gran mano le dio a su compañero, que rechinaba los
dientes con frustración en su silla de ruedas, unas cálidas palmaditas en los
hombros.
Riccardo:
Ve con un buen doctor usando ese dinero. Volveré de nuevo. Despídete de Clara
por mí.
Ronnie:
Gracias … Ah, por cierto, ¿cómo están tu esposa e hija?
Riccardo:
Bueno, Beatriz lleva un tiempo viviendo con sus padres. En aquel entonces yo
trabajaba en la trastienda...
Riccardo:
Pero … es un buen momento que esté con ellos.
El
dueño de la tienda simplemente respondió: "Ya veo". De repente, como
si hubiera recordado algo, empujó las ruedas de su silla de ruedas hacia el
mostrador... y luego regresó.
En su
mano... sobresaliendo del estuche de cuero había un palo grueso. Sostenía una
pala vieja que todavía estaba cubierta de barro rojo oscuro.
Riccardo:
Esto … ¡que nostalgia! ¡¿Todavía lo conservabas?!
Ronnie:
Lo dejé ahí por seguridad de la tienda. No creo que pueda seguir usándolo.
Úsalo, pequeño George.
Riccardo,
un soldado que regresó de las guerras europeas, recibió el nombre del nombre de
infancia del primer presidente...
Riccardo:
Gracias. Esta hacha es más afilada que cualquier otra del mercado.
Riccardo
recibe una cuchara militar empapada en barro y sangre del campo de batalla y la
agarra llevándola hacia sus fosas nasales y su lengua...
Débil,
pero inolvidable. Barro y humo. El olor penetrante del gas cloro y del ácido
pícrico es explosivo. Y el olor a sangre y óxido acechaba como fantasmas.
………………………………………………………………………………………………………….
Un
rincón del puerto de Rockfort después del anochecer. Había un edificio en un
bloque lleno de antiguas casas comerciales, almacenes y edificios de oficinas
de alquiler...
En la
oficina del puerto de Rockford …
Oficinista
1: ¡Guh, giiaaahh!
Oficinista
2: ¡B-Bastardo!
Oficinista
2: ¡Ngh! Buaah …
Funcionario
sindical: ¡Hih, hihhh! T-Tu …
Oficinista
3: ¡¿Una redada?! ¡AAAhhhg! ¡Maldita sea!
De
repente, los dos hombres se desplomaron en el suelo de la oficina, salpicando
sangre y gritando. Finalmente, los hombres restantes se dan cuenta de lo que ha
sucedido.
Un
hombre asiático, un mendigo o un culí, entró a la oficina pidiendo
indicaciones... y hace apenas tres segundos estaba a punto de ser golpeado para
ahuyentarlo.
Y,
cuando esos tres segundos pasaron... finalmente llegó el momento para que los
hombres del muelle se dieran cuenta de que dos de sus compañeros habían sido
asesinados por la espada en manos de ese hombre oriental.
Ya
era demasiado tarde para ser atendido. Así fue lo que pasó.
Oficinista
3: ¡Te mata … buuhg!
El
hombre fuerte blandió el bate que tenía en su oficina... pero antes de que
pudiera poner en acción el bate …
En la
mano derecha del hombre asiático, una pieza cuadrada de acero, estaba siendo
sostenida entre los dedos de su puño ligeramente cerrado... y con la hoja de un
cuchillo chino sin mango, le abrieron ambos globos oculares horizontalmente al
oficinista, hasta por encima de las orejas.
Funcionario
sindical: ¡¿Ah, aahhh?! ¡Uh, uuahah!
El
jefe de la oficina del sindicato finalmente logró sacar una pistola del cajón
de su escritorio y apuntó al intruso con dedos temblorosos.
No
pudo apuntar. El hombre vestido de negro con aspecto de parca hizo un
movimiento. La muñeca del líder sindical quedo colgando flácidamente...
Funcionario
sindical: ¡¿Hiih?! ¿Huh …? ¡Guh, gyaaaah!
La
muñeca del hombre había sido cortada por la mitad, incluida la pistola y sangre
fresca cayeron de su mano sobre el escritorio. Frente al hombre que gritaba de
dolor y de rabia...
Teshikaga:
¿No fue cruel? Solo porque soy un asiático, no puedo creer que de repente
decidieran golpearme.
Funcionario
sindical: ¡Huh, guh! ¡A-Alguien ….. gug!
Teshikaga:
Cállese, por favor. Se lo dije, ¿no? Tengo algo que preguntar. Creo que ya va
siendo hora... ¿le importaría que le pregunte?
Funcionario
sindical: B-Bastardo … ¿Quién eres …?
Teshikaga:
Le voy a preguntar. Si no me responde, o miente …
Ante
los ojos de un hombre que sufre miedo, un dolor insoportable y hemorragia, a
hoja cuadrada manchada de sangre se movió suavemente, como si le acariciara el
globo ocular.
Funcionario
sindical: ¡Ah … ahaa! ¡P-Para ...!
Teshikaga:
El almacén que está al oeste del puerto. Los planos de ese almacén están en
esta oficina, ¿verdad?
Funcionario
sindical: ¿Uh, uhh? ¿Q-Qué has dicho? Almacén … ¿Qué carajos quieres decir con
los planos de un almacén …?
El
hombre escupió estas palabras mientras sus ojos se dirigían hacia los gabinetes
alineados en la parte trasera de la oficina, luego los desvió.
Eso
fue suficiente para Teshikaga.
Teshikaga:
Ya veo. Bueno, por último, me gustaría preguntar por una dirección.
Funcionario
sindical: ¿H-Has dicho dirección …?
Teshikaga:
Sí. Originalmente, ustedes, la Asociación Portuaria, deberían contribuir al
desarrollo y la seguridad de este puerto, y proteger la autonomía y la vida de
sus ciudadanos...
Teshikaga:
Aprovechando el debilitamiento de los sindicatos italianos, se confabularon con
la mafia extranjera e hicieron la vista gorda ante sus fechorías, e incluso...
Teshikaga:
También usaron el nombre de las actividades sindicales para intimidar a
pescadores pobres no sindicalizados y a dueños de puestos de comida. Realmente
presencie de una gran experiencia real.
Funcionario
sindical: ¡¿Y-Y eso qué?! ¿Eso qué tiene que ver con la dirección? ¡¿De qué
estás hablando?!
Teshikaga:
Creo que tu debes saber muy bien de lo que hablo …
Funcionario
sindical: ¡Guh ...! ¡Gaag!
Teshikaga:
Hablo de la dirección al infierno.
Funcionario
sindical: Guh … buuah ….
En un
instante, el cuchillo que había tomado Teshikaga se hundió profundamente en el
estómago obeso del hombre vestido de traje. Respirar, pero al mismo tiempo no
poder respirar, lo apuñalo de tal forma que no pudiera morir
instantáneamente...
Mientras
sacaba la hoja, manchada de sangre pegajosa y entrañas, y la limpiaba con un
paño sobre el escritorio... los ojos de Teshikaga se dirigieron al gabinete al
fondo de la habitación, luego...
Teshikaga:
Bueno …
Los
ojos de Teshikaga captaron la visión de un calentador de aceite funcionando
junto a la ventana de la oficina, produciendo un leve zumbido. Sonrió, como un
joven inocente.
*BOOM*
Señora
de un puesto de comida: ¡¿U-Uwaah?! ¡¿Qué fue eso?!
Señor
de un puesto de comida: ¡Waaah! ¿No es ese el edificio de la Asociación
Portuaria? ¡Se está incendiando!
El
edificio que albergaba las oficinas de la asociación portuaria... sus ventanas fueron destrozadas por una llama
explosiva y flamas de humo rojo oscuro salieron disparadas...
Como
una caja de cerillas llena, fue instantáneamente envuelta en llamas...
………………………………………………………………………………………………………………
Estando
dentro de la camioneta de Max ….
Disminuye
la velocidad silenciosamente en las calles del centro y aparca el coche,
dejando al conductor medio dormido con cara de estar a punto de orinarse. Al
anochecer, la carrocería del coche se convirtió en una simple sombra negra...
Max:
Hey, Gian. ¿Estás seguro que quieres bajarte aquí? Todavía falta un poco más
para llegar a la iglesia.
Gian:
Si, no importa. No hay problema. Volveré en unos 10 minutos.
Me
volví hacia Max, cuya voz ansiosa sólo podía oírse desde el asiento del
conductor, completamente oscuro.
Salto
a la calle y corro. Detrás de mí, todavía podía oír a Max quejándose.
Max:
¿Q-Qué es esto? Es un viento bastante espeluznante. ¿Va a llover …? N-No debe
ser eso, esta atardeciendo, buuuh … me siento mal.
Me
detuve antes de llegar a la iglesia y me quedé al acecho en el crepúsculo. Tuve
un mal presentimiento, como si se tratase de un golpe directo. Veo un gran
sedán estaba estacionado frente a la puerta de la iglesia.
Es un
Rolls Royce blanco, no un coche que tendría una persona decente. Es más, había
dos hombres con trajes negros haciendo guardia alrededor del coche, que tampoco
parecían personas decentes ... actuaban nerviosos y ansiosos.
¿Qué
carajos pasa con esos tipos …?
No
parecen personas normales, pero tampoco parecen mafiosos. Supongo que
probablemente sean hombres ricos que vinieron aquí a escondidas para confesar
su libertinaje después de varias noches de diversión... Qué estupidez.
Conocía
bien la iglesia... Para evitar sus miradas, caminé a través de los arbustos
hasta el patio donde se encontraba la iglesia ...
La
puerta de la iglesia estaba entreabierta así que me deslicé hacia dentro... y
el viejo panel de madera de aspecto nostálgico hizo un ruido al golpear mi
hombro.
¿Hay
alguien ahí? La capilla está tenuemente iluminada e.… inusual. ¿Habrá venido
algún patrocinador importante?
Caminé
hacia adelante, tratando de silenciar mis pasos...
Rosalía:
Padre nuestro que estás en los cielos. Santificado sea tu santo nombre...
Dios...
Rosalía: Por favor, proteja a los chicos, al abuelo a
Iván …. Se lo suplico, proteja a todos los de esta ciudad.
Pero
qué demonios. ¿Una niña?
El
que adoraba con velas llamativas no era un anciano rico ni una señora
disoluta... era solo una pequeña niña que vestía una especie de uniforme.
Mientras
caminaba hacia adelante haciendo ruidos fuertes a propósito... La enana, que
acababa de terminar su oración y había hecho la señal de la cruz, sintió una
presencia detrás de ella y rápidamente se levantó y se dio la vuelta.
Rosalía:
¿Eh? Ehm, b-buenas tardes. “Buenas tardes, señor”. (Esto último lo dice en
italiano)
Era
una enana que nunca había visto antes. Llevaba un uniforme bien confeccionado
de alguna escuela de niñas o algo así, y no era para nada tímida, se notaba que
no es intimidada...
TRADUCCIÓN
AL ESPAÑOL POR: SAKURADA DI
No hay comentarios.:
Publicar un comentario