Daivan
#18 – 50%
¿Es
ella hija de alguna distinguida familia italiana?
Gian:
“Hola, buenas tardes, señorita” (Esto lo dice en italiano) Disculpe por
haber interrumpido sus oraciones.
Rosalía:
No se preocupe, ya he terminado. Hoy salí un poco tarde de la escuela, y … ehm
… ¿usted también vino a orar?
Gian:
No. Lo siento, pero no suelo hacer eso. Yo …
Aunque
se trate de una niña, es un visitante, por lo que hay velas encendidas. Incliné
la cabeza, preguntándome si esa gorila hembra, Mamá Teresa, estaría en algún
lugar.
Teresa:
¡Gian! ¡Giancarlo! ¿Con qué allí estabas? Mira que aparecer tan repentinamente
en la capilla.
Desde
detrás del altar, desde la oficina, apareció mamá, con aspecto un poco
desconcertado.
Rosalía:
Oh, directora. ¿Es esta persona también uno de nuestros creyentes?
Teresa:
Algo así. Gian, ve a la oficina, hablaremos allí.
Gian:
Sí. Siento haber interrumpido a esta chica decente.
Rosalía:
Disculpe, será posible que usted … Señor Giancarlo … ¿sea un miembro del
sindicato donde trabaja mi abuelo …?
Teresa:
Señorita, alguien la espera afuera. Por favor, tenga cuidado al regresar.
La
pequeña me miró, con sus inteligentes ojos grandes, y mamá hizo una reverencia
como para decir que la conversación había terminado, aplicando una presión
silenciosa para que se marchara.
Rosalía:
Lo siento, dije demasiado. Muchas gracias por lo de hoy, Directora. Que dios lo
bendiga, señor Giancarlo.
Diciendo
esto, la pequeña hizo una profunda reverencia y abandona rápidamente la
capilla.
Cuando
desaparece por completo...
Teresa:
Haa … por dios. Quien hubiera pensado que ustedes dos se encontrarían.
Gian:
¿Estoy interfiriendo en tus negocios?
También
me encogí de hombros y exhalé. A juzgar por la atmósfera... parece que sería
mejor simplemente fingir que nunca vi a esa pequeña de antes.
Teresa:
Gian, pensé que vendrías más tardes … Bueno, como sea, ve a la oficina.
Dicho
esto, mamá de repente... se puso rígida y tembló. Ella me miró, y luego... al
techo de la capilla.
Teresa:
No puedo creer que trajera algo tan oscuro. No … ¿Está afuera? No puede ser …
Gian:
¿Qué te pasa, mamá? ¿Hay algo arriba de mi cabeza? ¿No me digas que tengo al
dios de la muerte sobre mi o cosas tontas como esas?
Teresa:
¿De qué estás hablando?... Al contrario... ¿por qué le pasó esto a este niño...
otra vez? ¿Ah …?
Mamá
Teresa miraba a lo lejos y murmuraba algo malhumorada, cuando de repente... se
sobresaltó. Me miró con los ojos entrecerrados.
Teresa:
¡T-Tu …! ¡Giancarlo! ¡¿Qué ha pasado con tu anillo?!
¿Eh?
¿Qué es esto de repente? Justo cuando estaba pensando eso, mamá se acercó a mí
y me agarró con una cara que nunca había visto antes...
Teresa:
¿Qué hiciste con ese anillo, ese amuleto...? ¿Dónde pusiste ese anillo, el
anillo de Gelsomina? ¡Te dije que lo usaras siempre...!
Gian:
¿Haah …? Ah … Oh, ¿te refieres a eso?
Finalmente
entendí de qué se trataba. Esa cosa dorada. El anillo que colgaba de mi cuello.
Un anillo que he estado usando desde que tengo edad suficiente para recordar.
Mamá
estaba hablando de eso. Y luego... cuando me miró, y vio que no lo llevaba
puesto, reaccionó como si el mundo se estuviera acabando.
Gian:
No lo sé. Ni idea que paso con esa cosa dorada … A quién le importa.
Teresa:
¡¿Pero que ha pasado? ¡No puede ser! ¡E-Ese anillo …! ¡El anillo de Gelsomina
…! De tu … ¡Oh por dios! ¡¿Qué ha pasado?!
Gian:
E-Espera un momento. No entiendo nada. Yo estoy bien sin importar si tengo o no
esa cosa … Además, no lo he traído incluso ayer cuando nos vimos.
Teresa:
¿Eh …? ¿Es eso cierto …? Entonces, ¿por qué no vi nada en aquel momento …?
Gian:
Joder, acabo de recordarlo. Si quieres ese anillo, pregúntale a ese bastardo
que parece un poste eléctrico y que vino conmigo el otro día, Bakshi. Él lo
tiene.
Aunque
está dentro de su estómago. Se lo dije a mamá y ella se encogió de hombros, y
después de haberse quedado congelada por un rato, de repente...
Teresa:
Fuh … y-ya veo. Ahora entiendo, era porque ese hombre estaba cerca de ti …
De
repente, mamá parecía mayor... más arrugada. Pero eso sólo duró unos segundos.
De
repente, como si hubiera recordado algo, mamá se despertó y me miró con ojos
húmedos y despectivos.
Teresa:
Muy bien. Debes de atesorar a tus amigos, Gian.
Gian:
Eso no es un gran problema, Carvolo. (Esta palabra es italiana, pero
no pude averiguar que significa)
Teresa:
Te daré la munición de hoy. Has venido en auto, ¿verdad?
Le
dije que tenía a un amigo esperando en una camioneta. Mamá me tomó y me condujo
hacia una oficina que parecía un agujero en una cueva muy oscura...
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Cuando
la niña salió de la iglesia, los hombres que la acompañaban abrieron y cerraron
reverentemente las puertas del coche... y el Rolls Royce blanco arrancó
lentamente.
El
lujoso coche blanco circulaba por la calle que oscurecía con los faros
encendidos...
Un
sedán estacionado en una intersección estrecha giró el motor de arranque para
encender el motor. Los sedanes de color negro azabache fueron arrancando en
uno, dos, luego tres, y así sucesivamente.
Sin
luces encendidas, siguió las huellas dejadas por el Rolls Royce blanco, en
silencio, a cierta distancia… pero con seguridad.
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Cooper
Town está ubicado en el centro de Daivan, a lo largo de la calle que se
extiende desde Rockford Harbor. Al norte, tierra adentro...
Incluso
en Daivan había barrios marginales donde se decía que vivía la gente más pobre.
Un lugar donde viven escondidos pobres de todas las razas.
En lo
más profundo de ese paisaje urbano abandonado...
En lo
que parecía un edificio abandonado, un hombre que vestía un abrigo de lona
encendió un cigarrillo. La delgada figura del hombre, su mirada feroz y su
rostro aparecen a la vista.
Bate:
"Ha pasado mucho tiempo, Tovarisch. Camarada Teshikaga. (Tovarisch es
una palabra en ruso que significa “camarada”, y se usó originalmente durante la
Unión Soviética)
Teshikaga:
Ha pasado un tiempo, camarada Bate. Lamento no haber podido acompañarlo a las
reuniones durante un tiempo.
Ante
la forma educada de hablar de Teshikaga... el hombre blanco y delgado al que
llamaba Bate se rió entre dientes y dijo:
Bate:
Siempre lo haces. Cada vez que vienes aquí... vienes con el olor a sangre y
humo impregnando tu cuerpo...
Bate:
Jajaja, me siento aliviado de que no hayas cambiado en nada.
Teshikaga:
Me siento honrado.
Entre
los dos hombres hubo un intercambio de palabras secas y risas, palabras que
sólo ellos podían entender. Y …
Bate:
¿Qué ha pasado hoy? ¿Finalmente te has decidido entrar a nuestra secta?
Teshikaga:
No, lo siento mucho. Me siento verdaderamente honrado de que alguien como yo
haya sido elegido por el organizador...
Teshikaga:
Lo siento de nuevo. Ahora estoy afiliado a otra organización... es decir, a
otra secta.
Bate:
Ya veo. Felicidades, compañero. Debería haberte persuadido con más fuerza la
última vez.
Bate:
¿Y? ¿A qué has venido aquí hoy? ¿A caso has venido a hablar de un punto común o
alianza entre tu secta y nosotros?
Teshikaga:
Como se esperaba de un camarada. Es conveniente que lo sepa paraque la
conversación sea rápida. Hoy tengo algunas preguntas y peticiones.
Eso
es todo lo que dijo Teshikaga. En silencio, le entregó al hombre el regalo, un
paquete de papel que contenía una botella de auténtico whisky canadiense.
Bate:
Oh, fuh. Parece que se trata de algo bueno. De acuerdo, dilo.
Teshikaga:
Muchas gracias. Ha decir verdad, nuestra organización acaba de nacer … Por lo
que sufrimos de recursos humanos.
Bate:
Todas las sectas tienen el mismo problema, la falta de miembros. Al fin y al
cabo, ¡estamos en Estados Unidos, la tierra de la libertad y la igualdad...!
Rugió
el hombre delgado con disgusto... y entonces, sin poder contenerse más,
arrebató el paquete de whisky que Teshikaga le tendía.
El
hombre coge con impaciencia una botella, la descorcha y, embriagado por el olor
a alcohol... la bebe con avidez.
Bate:
Nuh, nuh, ahh …
Teshikaga:
Se la empinó …
Bate:
En este país libre, nuestras actividades... ¡Como el comunismo, movimientos
revolucionarios...! ¡Todo está prohibido! ¡Viva la libertad, maldita sea!
Teshikaga:
Estados Unidos es la fortaleza y la base del capitalismo. Por eso, camarada
Bate, necesitamos gente valiente como usted...
Teshikaga:
Aunque eso signifique tumbarse en el suelo o meterse en una trinchera, los
ideales de la revolución es lo más importante. El espíritu de lucha para
materializar un movimiento internacional es lo que esta tierra, no, el mundo
necesita...
Batet:
¡Sí, lo haré!
Bate:
Soy judío... pero siempre entrego mi cuerpo y alma a la revolución, no a Dios.
¡Estados Unidos y si jodida libertad, pueden irse al infierno!
El
hombre que asintió con alegría mientras bebía su whisky era Horace Bate...
Fue
un activista marxista y comunista que fue catalogado como persona de interés
por el Buró Federal de Investigaciones.
Teshikaga
se paró frente a este hombre peligroso, sus ojos se entrecerraron en una
sonrisa mientras esperaba pacientemente a que él se intoxicara con el fino
alcohol.
Teshikaga:
¿Sabías que Francia sucumbió recientemente a las amenazas de los estalinistas?
Bate:
Por supuesto. Bajo presión, el gobierno francés finalmente ha expulsado al
camarada Trotsky... al parecer. ¡A esos contrarrevolucionarios oportunistas...
no los perdonaremos...!
Teshikaga:
La Rusia soviética ya está bajo la dictadura estalinista, que es más detestable
que el capitalismo. No serán ellos quienes provocarán la revolución en el
mundo...
Bate:
¡Así es! ¡La Comintern es una organización contrarrevolucionaria! ¡Llevaremos a
cabo una nueva revolución socialista mundial desde Estados Unidos!
Bate:
Por una nueva revolución, sí … así es …
Teshikaga:
Por una cuarta, una nueva …
Bate:
¡Así es...! ¡Vamos a formar la Cuarta revolución Internacional, ahora es el
momento...!
Teshikaga:
La Comintern, que se había convertido en el perro faldero de Stalin, ahora
incluso corteja al nazifascismo. Ahora solo hay una persona que puede liderar
la revolución...
Bate:
¡Sí, sin objeciones...! ¡Esta es una oportunidad! El capitalismo se está
asfixiando en el lodazal de su propia inmundicia, la Gran Depresión...
Bate:
¡Ahora es nuestro momento! ¡Debemos invitar al camarada Trotsky a Estados
Unidos, formar y organizar una verdadera revolución Internacional basada en sus
principios!
Teshikaga:
Maravilloso. El momento de una revolución y un levantamiento mundial no está
lejos, camarada Bate. Maravilloso.
Teshikaga
habla despacio y con tono suplicante, ríe... y continúa con un suave aplauso.
Y, se
dio cuenta de que la botella de cebo en su mano se había vuelto mucho más
pequeña.
Teshikaga:
Camarada Bate. Por el bien de la revolución... ¿nos prestará su fuerza para
ayudar a los ciudadanos que sufren y a las masas oprimidas de esta ciudad?
Bate:
Sí, claro que sí. ¿Mi fuerza …? ¿Te refieres a mi organización?
Teshikaga:
Así es, Camarada Bate. Por favor, presta algunas de tus conexiones a nuestra
secta, pero probablemente no podré devolvértelas...
Teshikaga:
¿Podrías darme algunos de tus soldados? Sé que los miembros son valiosos. Lo
que queremos ...
Teshikaga:
Disculpe por lo que diré. Siendo sincero... lo que necesitamos no son
necesariamente soldados revolucionarios. Queremos escudos desechables para las
filas.
Bate:
¿Qué quieres decir …? ¿Van a hacer algún tipo de campaña clandestina contra el
sindicato? ¿Quién es la otra parte, qué empresa es? ¿O es el gobierno?
Teshikaga:
No, nuestro enemigo es... el enemigo del pueblo. El aparato violento que se
confabula con los capitalistas de esta ciudad... la mafia y las pandillas que
se pagan con dinero de otras ciudades.
Bate:
E-Espera, Camarada …
Habiendo
escuchado tanto, Bate... En un intento de recuperar algo de la borrachera que
lo había dejado sobrio, tomó la botella de whisky... Pensó por un momento y
luego dijo.
Bate:
Sé que la mafia Daivan está confabulada con los capitalistas, pero... ¿no son
los de Nueva York quienes manejan el negocio ahora?
Bate:
¿Vas a pelear con esos mafiosos? ¿Por qué? ¿Por qué luchas?
Bate:
Bueno, sé que son enemigos del pueblo, espías del capitalismo inmundo, pero...
no se parecen en nada a la policía que está inmersa en las manifestaciones...
Teshikaga:
Sí, lo sé. Así que... el miembro de la organización en la que estoy y que pidió
prestado a esos subordinados, probablemente no pueda devolverlos. Así que...
Camarada Bate.
Teshikaga:
Hay algunos en tu organización, ¿verdad? Esa escoria que se unió a la secta,
pero no tiene ideales revolucionarios y no tiene adónde ir...
Teshikaga:
Me gustaría que organizaras a esa gente. Una vez que los hayas reunido, nos
encargaremos del resto. ¿Qué te parece...?
Bate:
Ciertamente podría reunirlos … pero, espera un momento, Camarada Teshikaga.
Bate:
Incluso si los reunimos, no son más que una turba de oportunistas sin ideología
ni ideales. En primer lugar, para hacer que ellos acepten es invirtiendo dinero
en ellos …
Frente
al cebo...Teshikaga sacó silenciosamente una pila redonda de papeles de su
escondite. Colocó una pila de billetes de dólar enrollados, asegurados con una
banda, sobre el mostrador.
Bate:
¡! Camarada, ¿qué es esto?
Teshikaga
dejó los tres bultos en silencio. Con una sonrisa en su rostro que parecía
cortada con un cuchillo... dijo.
Teshikaga:
Úsalos por favor, Camarada. Prepararemos las recompensas para esos muchachos
por separado para la batalla real...
Teshikaga:
Podría usar eso como cebo, Camarada. También usarlo como fondo para tus
actividades. ¿Puedes hacerlo, Camarada?
Bate:
Uh …
El
activista, con mirada de borracho en sus ojos, miraba de un lado a otro entre
la pila de billetes y el siniestro activista asiático que tenía delante...
Bate:
Entendido. Probablemente sea mejor hacerlo lo antes posible.
Diciendo
esto, Bate agarró el fajo de billetes enrollado y lo metió en su bolsillo. El
contrato queda concluido. La comisura de la boca de Teshikaga se arqueó.
Teshikaga:
Muchas gracias, Camarada. Los capitalistas se quedan sin aliento debido a la
Gran Depresión que ellos mismos crearon. Podemos asestarles el golpe a los
gánsteres, los enemigos del pueblo, que son sus lacayos.
Bate:
Sí, nuestra secta lo apoyará plenamente. Contactaremos a nuestros miembros de
inmediato. Déjennoslo a nosotros, hay un montón de escoria en la mira.
Teshikaga:
Eso me tranquiliza. Después de todo, hice bien en consultarte.
Teshikaga
se sentó formalmente y se inclinó profundamente. Luego se puso de pie, llevando
sobre sus hombros la guía telefónica y la pila de libros viejos atados con una
cuerda que había colocado a su lado.
Bate,
que trabajaba duro, se puso de pie, un poco tambaleándose, y estrechó la mano
de Teshikaga a la tenue luz de las velas. Mientras se estrechaban las manos...
Los
ojos de Teshikaga se convierten en rendijas completamente negras... y se
sonríe.
Teshikaga:
En cuanto a los miembros que estará reuniendo... como dije antes, probablemente
no podremos devolverlos. Los usaremos o los enviaremos a otro lugar.
Bate:
¿Nm? Ah, sí, lo sé. Nuestros miembros regulares no participarán, jajaja.
Reuniré gente que ni siquiera tu conoces.
Teshikaga:
Sí. Pero necesitamos a tanta gente como sea posible. Así que, ya sean sus
subordinados o subordinados de sectas vecinas...
Teshikaga:
Si hay alguna persona absurda por ahí que se oponga tontamente a tus ideas y
creencias, por favor preséntamela.
Teshikaga:
El enemigo es poderoso. Es imposible predecir cuánto daño causará. Cuantos más
soldados tengamos, mejor.
Bate:
Y-Ya veo. ¡Joder! De acuerdo. Una vez que haya reunido a las personas, ¿cómo
debería comunicarme?
Teshikaga:
Nos pondremos en contacto con usted nuevamente.
Teshikaga:
Bueno. Para la batalla final, unifiquemos al pueblo. (Por la forma en que
suena la voz de Teshikaga en esta frase, pareciera que es una clase de frase
como de un himno)
Bate:
Mañana es un día internacional, bajo esa bandera. (Lo mismo va para esta
frase)
Teshikaga:
Gracias, Camarada.
Con
eso, la mano temblorosa de Teshikaga se apartó de la de Bate como un chorro de
agua helada. El activista, con el rostro rígido y profundo...
Se
alegró mucho de no haber dejado entrar a este matón asiático en su secta. Se
sintió profundamente aliviado...
………………………………………………………………………………………………………
Landolfo:
Joder, este también está muerto.
El
hombre murmuró algo para sí mismo y luego dejó atrás el desgastado auricular
del teléfono público. Landolfo, que se quedó sólo ….
Caminó
otras dos cuadras buscando un teléfono que funcionara. La mayoría de los
teléfonos públicos que encontró tenían las monedas y los cables de cobre
robados, reduciéndolos a simple basura.
No
hace mucho tiempo esto no habría sucedido. Había un guardia local de CR:5 en el
teléfono público... pero cuando desaparecieron, esto fue lo que sucedió.
Landolfo:
Mierda, al fin.
Luego,
en la entrada de otro bloque, Landolfo finalmente encuentra un teléfono público
que todavía funciona. Después de asegurarse de que no había guardias, él...
Marco
rápidamente el número local que sus dedos recuerdan. El timbre telefónico
continuó sonando... Justo cuando Landolfo dejó escapar un suspiro de
frustración y ansiedad …
En
una esquina del centro de la ciudad, comúnmente conocida como calle Hatoba. El
teléfono está conectado a Blue Night, un burdel que funciona como café nocturno
en el distrito de entretenimiento, se conectó.
Landolfo:
Te tardaste. ¿Desde cuándo Blue Night se ha convertido en una maldita ventana
del ayuntamiento? Bueno, como sea.
Landolfo:
Ella … ¿está trabajando ahora? ¡! ¡Te
estoy hablando de ella, de Cleo! Joder. Oh, ¿Está bebiendo té ahora? Pásamela.
Landolfo
llama al burdel que administra... y consigue que una de las chicas que se
encuentran allí conteste el teléfono, usando el nombre de una prostituta que
también es la dueña de facto del establecimiento.
Landolfo:
Sí, soy yo. Yo. Tch, ¡no es así! ¡No me jodas! No te hablo para pedirte dinero
prestado ni nada por el estilo, maldita sea.
Landolfo:
Jeje, al contrario. Al contrario. Cleo, te debo muchas cosas, ¿verdad? Pensé
que quizás debería devolverte algo alguna vez.
Landolfo:
¡! ¡Qué no es así! ¡No es como si le hubiera pedido prestado dinero a otra
persona! ¡No gané nada en las carreras de caballos, así que nadie me ha
engañado!
TRADUCCIÓN
AL ESPAÑOL POR SAKURADA DI
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