Ruta
de Asato #11
Mientras
hablaba en un tono cansado que contradecía sus palabras, Bardo dejó las tazas
con agua sobre la mesa. Rai miró hacia otro lado con mal humor.
Konoe
acercó un recipiente a sí mismo y lo olió. Era el leve olor de una fruta
agridulce.
Bardo:
Es solo que ... no importa que el primer o segundo día esté nublado, el último
siempre está despejado. La suerte no estuvo de tu lado hoy.
Sosteniendo
la bandeja en sus brazos, Bardo dejó escapar un pequeño suspiro mientras miraba
por la ventana.
Konoe:
¿Llevas mucho tiempo viviendo aquí?
Bardo:
Así es, he estado tanto en el festival de invierno como en el de primavera unas
cinco veces. Eso me recuerda, ¿vas a ir al baile de hoy?
Konoe:
Queríamos, pero …
Mientras
respondía, Konoe miró casualmente a los demás.
Froud
negaba con la cabeza y Verg se encogió de hombros.
Konoe:
¿La biblioteca no se abre por completo?
Bardo:
Así es. Las cosas importantes, como los libros de historia, están cerradas y no
se puede acceder a ellas
Konoe:
Ya veo.
Konoe
inadvertidamente dejó escapar un suspiro desanimado de sus labios.
Llevándose
la taza de jugo a la boca, lamió un poco con la punta de la lengua. Sintió la
sabrosa y refrescante dulzura deslizarse por su garganta.
Bardo:
¿Qué pasa? ¿Necesitas algo de la biblioteca?
Konoe:
Eso es …
Bardo
arqueó las cejas como un niño al que se le ocurrió una broma, sonriendo
Bardo:
No es que no haya algún método para entrar.
En
el momento siguiente …
Todas
las miradas en el comedor se volvieron hacia Bardo a la vez. Siguió un extraño
y mortal silencio.
Bardo:
¿Ah?
Recibiendo
algunas miradas serias que parecían casi sedientas de sangre, Bardo puso una
mano en su nuca confundido.
Konoe:
Quiero saber ese método.
Bardo:
¿Por qué estás tan insistente sobre eso?
Froud:
Tenemos nuestras razones. ¿Te importaría decírnoslo?
Bardo:
Se los podría decir, pero primero quiero escuchar la razón.
Konoe:
Tenemos prisa. ¿No podríamos decírtela después?
Bardo:
Aunque me digas eso … después de todo, nosotros no nos conocemos bien.
Verg:
¡Ah que fastidioso! ¡Suficiente, te voy a electrocutar!
Verg
parecía haberse quedado sin paciencia y levantó un brazo frente a él, pateando
una de las patas de la mesa.
De
inmediato, delgadas líneas de luz cubrieron su brazo. Cuando apretó el puño,
hizo un crujido.
Kaltz:
¡Verg!
Froud:
Hahaha, eres tan idiota. Se suponía que éramos gatos disfrazados, ¡y ahora fuiste
y lo arruinaste!
Verg:
¡Como si me importara! ¡Si es tan malo estar expuesto, entonces tal vez no
deberíamos haber mentido en primer lugar!
Bardo:
¿Mentir?
Bardo
frunció el ceño con todas sus fuerzas y señaló con el dedo, mirando a Verg.
Bardo:
Raros …
Ahora,
lo habían hecho.
Si
fueran gatos disfrazados de demonios, ¿cómo podrían mostrar una habilidad como
esa? Sería bastante difícil arreglar las cosas ahora.
Preparado
para ser tirado en cualquier momento. Konoe trató de encontrar una excusa, pero
Bardo abrió la boca mientras miraba a Verg.
Bardo:
Raros, ¿Son gatos que actúan en la calle o algo así?
Por
un momento, nada pasó.
Había
una sensación de debilidad, como si el aire hubiera caído de la atmósfera.
Todos los ojos se congelaron, luciendo como si estuvieran listos para una
pelea.
Finalmente,
Asato bajó la cabeza antes de murmurar suavemente.
Asato:
Gatos actores callejeros …
Rai:
No importa si decimos que somos gatos callejeros o algo así.
Verg:
Hey, hey, hey, no nos pongas en la misma categoría que unos gatos raros.
Froud:
Tienes una visión demasiado estrecha de los gatos.
Verg:
Cállate, ¡ellos solo son unos jodidos gatos!
Kaltz:
Ya va siendo hora de que vayamos a la biblioteca …
Razel:
El baile es el último día del festival. ¿Dura toda la noche?
Froud: Aún
así, gatos que actúan en la calle, esa es una nueva forma de decir.
Konoe:
Oye …
Como
si la reacción de Bardo lo tomara con la guardia baja, todos comenzaron a
hablar unos sobre otros simultáneamente.
Konoe
estaba harto de este aire confuso. Se habían reunido aquí para un objetivo,
pero él no podía verlo muy bien.
Ser
obstinadamente independientes era un hábito para los gatos y, como los demonios
eran orgullosos, también parecían ser similares.
Pero
eso no se aplica en este momento. Pensando en esto, Konoe apretó los puños
debajo de la mesa.
No
sabía cuántos documentos habría. Quería investigar tanto como pudiera dentro de
su límite de tiempo. Era imposible hacer eso solo.
Mientras
el grupo seguía hablando a la vez, Konoe se irritaba cada vez más.
Si
estuvieran haciendo esto ...
Asato:
¿Está prohibido afilar tus garras en el comedor?
Verg:
¡Mi verdadero poder no es algo como solo eso!
Rai:
Sea demonio o gato, un idiota sigue siendo un idiota.
Froud:
También tienes una visión estrecha bastante fuerte. ¿Cuál es exactamente la
definición de idiota?
Rai: No
hay una definición. Un idiota es un idiota.
Razel:
¿Crees que habrá alguien vestido como nosotros?
Kaltz:
Quién sabe. Aparentemente solo parecemos gatos disfrazados.
Razel: ¿Crees que habrá alguien vestido como nosotros?
Asato:
¿Está bien si solo afilo mis garras en la pata de esa
silla de allí ...?
Konoe:
¡Cállese!
Sin
poder soportarlo más, Konoe se puso de pie, gritando y golpeando la mesa con
ambas manos.
El
pelaje de su cola se erizó de ira. Sus garras dejaron arañazos en la mesa.
Todos
dejaron de moverse y le dieron toda su atención a Konoe.
Konoe
miró alrededor a todos ellos, listo para mostrar sus colmillos en cualquier
momento.
Konoe:
No hablen todos a la vez. No hay tiempo para eso … Bardo.
Bardo:
¿Si?
Konoe:
Hay una razón por la cual, pero tenemos que acceder a los libros de la
biblioteca por cualquier medio necesario en este momento. Por eso necesitamos
que nos digas cómo entrar. Después, te diré todo lo que quieres saber. Todo.
Bardo
miró a Konoe con cara de asombro, y después de un largo suspiro, se encogió de
hombros con exasperación.
Bardo:
No sé qué es, pero parece ser serio. Entiendo. ¿Me darás un resumen de lo que
pasó después?
Konoe:
Si.
Bardo: Bueno,
entonces, dibujaré un mapa taquigráfico para ayudarme a explicar. No soy tan
bueno en eso. Espera un minuto.
Al
decir esto, Bardo salió del comedor con un suave balanceo de su cola.
Mientras
miraba la espalda de Bardo. Konoe se sintió agotado y se desplomó en su silla
con un golpe.
Konoe
lanzó una mirada a Asato a su lado, quien de repente había comenzado a hacer un
sonido bajo y retumbante en su garganta. Fue sorprendente.
Konoe:
¿Qué te pasa?
Asato:
Nada.
Verg
se sentó directamente a la mesa y se rió mientras se cruzaba de brazos.
Verg:
Hmph, eres solo un gato.
Froud:
Ehehehe. Justo cuando empiezo a pensar que eres un gato infantil, dejas salir
tu otro lado.
Froud
dio una vuelta completa y se rió.
De
repente, Konoe sintió una mirada sobre él y se volteó para enfrentarla.
Sentado
un poco más a la izquierda, Rai apoyó un codo y lo miró en silencio. Ladeando
ligeramente la cabeza con curiosidad, Rai cerró el ojo y soltó un suspiro.
Rai:
Incluso si un gato estúpido muestra sus colmillos, al final sigue siendo un
gato, ¿no?
Konoe:
….
Aunque
parecía que se habían burlado de él, Konoe ni siquiera se enojó más.
Kaltz:
Tienes que morder. Para protegerse. - Kaltz murmuró para sí mismo.
Verg:
El señor demonio que controla el dolor siempre dice cosas tan aburridas como
esas.
Aunque
Verg lo miró burlonamente, Kaltz volteó la cara sin ofrecer una refutación,
optando por mirar por la ventana.
Afuera,
había llegado la oscuridad de la noche y la afluencia de gatos parecía estar en
su punto culminante. Muchos instrumentos musicales, voces de vítores y cantos
debían escucharse continuamente.
Konoe
repentinamente volvió a mirar a Kaltz. Siempre parecía solo y triste.
Él
era el demonio del dolor. Pero aún así, se sentía diferente a Verg, Razel y
Froud. ¿Konoe se estaba preocupando demasiado por nada?
Bardo:
Listo. Acérquense un poco.
Bardo
apareció en el comedor con papel y bolígrafo. Comenzó una explicación alegre y
concisa de inmediato.
Bardo:
Aquí continuaran avanzando a lo largo de la barrera de la pared y ...
Konoe:
….
Bardo:
¿Qué?
Konoe:
No es nada.
Asato:
Dibujas muy mal.
Bardo:
….
Como
dijo Asato, la imagen de Bardo no era muy buena, y Konoe no entendía qué se
suponía que debía ser.
Cuando
repetidamente hicieron preguntas, Bardo se puso de mal humor, pero Konoe se
arregló la ropa y finalmente abandonó la posada.
Como
era de esperar, ir en medio de la multitud llamaría la atención, por lo que
Konoe, Rai y Asato caminaron mientras los demonios se dirigían a la biblioteca
desde arriba.
El
clamor que escuchó a través de la ventana cuando estaban en la posada fue
fuerte, pero fue absolutamente febril cuando realmente salieron.
Los
comerciantes gritaron para anunciar sus productos limitados por festivales, y
los juglares atrajeron a los gatos turísticos con un último gran espectáculo,
exhibiéndose en una gran actuación.
Muchos
de los gatos que caminaban por las calles se dirigían directamente al norte,
donde estaba la biblioteca.
Dado
que casi todos los gatos estaban disfrazados, probablemente se dirigían al
baile. Konoe estaba de alguna manera un poco emocionado.
Konoe:
¿Qué creen que este haciendo ahora, Leaks?
Rai
y Asato caminaban a la izquierda y a la derecha de el, y cuando escucharon esa
pregunta, ambos voltearon a ver a Konoe.
Por
el momento, los tres días de fiesta transcurrieron en paz, sin incidentes.
Pero
Leaks estaba por alguna parte, esperando con gran expectación su próxima oportunidad
o ideando su próximo plan. Konoe no podía entender sus razones y motivos.
Rai:
No lo se.
Konoe:
¿Qué es eso? Eso fue vago.
Asato:
Eso es algo que no sabrás sin importar que tanto lo pienses.
Rai:
Solo haz lo que puedas por ahora. No tiene sentido pensar en alguien a quien ni
siquiera podemos ver.
Konoe
miró sus rostros reflexivamente. Se preguntó si era la primera vez que estos
dos gatos tenían la misma opinión.
Rai:
¿Qué?
Konoe:
Nada … Solo estaba pensando que inesperadamente sus opiniones coincidieron.
En
ese momento, sus orejas se doblaron cómicamente hacia atrás al mismo tiempo.
Asato:
Él es alguien que algún día mataré.
Rai:
No quiero ser puesto en el mismo nivel que un esclavo.
Los
ojos azul claro y oscuro se encontraron, y volaron chispas.
Sonriendo
irónicamente para sí mismo, Konoe miró hacia arriba. Delante, vio la silueta de
un gran edificio.
Konoe:
¿Esa es la biblioteca?
Su
primera impresión fue de algo sin estilo ni encanto como una caja.
Había
oído que la biblioteca usaba los restos de los edificios de los Dos Canes.
Era
un edificio misterioso con paredes planas de piedra gris y antinatural.
Deformada y rota aquí y allá por la descomposición, la superficie reflejaba
solo un brillo apagado de la brillante luz de la luna que la golpeaba.
Todavía,
con la forma en que se encontraba en pie contra el cielo nocturno, desprendía
una presencia extrañamente poderosa.
Debido
a que aparentemente solo había este tipo de edificios en la época de los Dos Canes,
uno no podía afilar sus garras contra sus paredes: su ventilación era pobre, lo
que los hacía fríos en invierno y calurosos en verano.
Pensó
que debía haber sido difícil vivir allí.
Los
gatos entraron constantemente por la entrada cuadrada cortada en el frente.
Alrededor de la entrada había decoraciones festivas. Konoe montó el flujo de
esos gatos y puso un pie en la biblioteca.
Cuando
entró, Konoe se sorprendió de lo alto que estaba el techo. Aunque otros
edificios también reutilizaron los restos de los Dos Canes, este se sintió
particularmente alto.
Mirando
hacia arriba, vio una barra alargada con una especie de sombra colgando en lo
alto.
Rai:
Los Dos Canes ataron una cuenta de vidrio redonda a eso, y parece que lo usaron
como sustituto del fuego.
Konoe:
Heh …
También
había vidrio en Sisa, pero era un material muy precioso. No había forma de
obtenerlo a menos que lo excavaran entre las ruinas de Dos Canes.
Había
una piedra de naturaleza similar, pero era quebradiza y poco transparente, por
lo que era inútil.
Asato:
¿Cómo usaron eso en lugar de fuego? ¿Le pusieron algo
en el vaso?
Rai: Probablemente.
Yo tampoco sé más que eso.
Konoe:
¿Tenía algo como hojas guías?
Rai:
No.
Los
Dos Canes eran muy misteriosos.
Aunque
el interior se había cambiado un poco, originalmente las paredes parecían
austeras y los cambios no borraron esa sensación austera.
El
aire fresco flotaba alrededor del cuerpo de Konoe. Se sentía aún más frío aquí
que en el aire nocturno de afuera.
Tal
como pensaba, parecía difícil quedarse aquí por mucho tiempo.
Justo
en frente del vestíbulo de entrada había una gran puerta doble, ya la izquierda
y a la derecha había una serie de puertas más pequeñas.
La
puerta principal estaba abierta libremente, y pudo ver un número más concreto
de gatos charlando entre ellos, los gatos disfrazados bailando ligeramente al
son de la música.
El
objetivo del grupo de Konoe era la puerta de la derecha, que conducía a la
biblioteca. Hizo una señal a Rai y Asato y se acercó.
Salió
del edificio. Hileras de árboles crecían alrededor del lugar, con un camino
recto y estrecho que conducía a la parte trasera. La biblioteca estaba en un
edificio separado del salón de baile, aparentemente construido para estar dos
en fila.
Tenía
la sensación de que escuchó voces y, al mirar al aire, vio a los demonios.
Estaban sentados tranquilamente en el techo plano del edificio del salón de
baile.
Froud
sonrió y saludó.
Rai:
El verse así, parecería que no están preocuapados por ser vistos.
La
voz de Rai era un murmullo de disgusto.
Como
dijo Bardo, la biblioteca estaba compuesta por dos alas: el lado derecho se
abrió y el lado izquierdo se bloqueó. Los guardias estaban apostados en ambas
entradas.
El
ala que había estado abierta al público en general contenía novelas e
historias, y en el ala bloqueada, parecía haber documentos sobre la historia de
los Dos Canes, Sisa y Ribika.
En
ese caso, necesitaban revisar los libros del ala izquierda.
----
FLASH BACK ----
Bardo:
La biblioteca tiene entradas traseras para ambas alas. En el pasado distante.
Probablemente los usaron los Dos Canes, pero ahora tienen un candado enorme que
no se mueve. Pero la cerradura del lado izquierdo está realmente rota.
Konoe:
¿Rota?
Bardo:
Sí. Parece bloqueada, pero se desprende. Probablemente fue el trabajo de algún
mocoso. Cuando escuché este rumor, al año siguiente fui y pude abrirla.
Konoe:
¿Por qué no le has dicho esto a nadie más?
Bardo:
Sería terrible que pensaran que fui yo el que la rompió.
Konoe:
Eres de lo peor.
Bardo:
Oye, oye, gracias a eso, todos podrán entrar allí. Ahora, hay un método para
quitar el candado, porque no pueden simplemente quitarlo y ya. Empujas la parte
que cuelga hacia adentro una vez y pulsas mientras giras hacia la derecha.
Hazlo y debería abrirse.
Konoe:
Entendido.
Bardo:
Tenga cuidado con los gatos que montan guardia. O estarás en un mundo de
problemas.
----
FIN DEL FLASH BACK ---
Mientras
caminaba por el sendero que se extendía desde el salón de baile por un rato,
dos 'cajas' más aparecieron ante él.
Aunque
Konoe había escuchado que la biblioteca era pequeña, todavía se sentía lo
suficientemente grande. Sentía que era tan alto como el salón de baile, pero un
poco más estrecho.
¿Cuántos
libros estaban empaquetados allí? Solo pensar en eso lo mareó.
Una
lámpara colgaba en lo alto, brillando intensamente.
Había
varios invitados y un gato guardián estaba al lado de la puerta. Aunque un ala
estaba cerrada, había muchos visitantes alrededor del ala que estaba abierta.
Aunque
el edificio era más amplio de lo que pensaba Konoe, se mezcló con la multitud
de invitados del ala derecha y corrió hacia la parte de atrás.
Prestando
atención a la atenta mirada de los guardias, se hizo a un lado con
indiferencia.
No
había camino, y apartó la espesa hierba para avanzar.
Fueron
a la parte trasera del edificio.
Konoe
pudo ver una puerta encajada en la pared opaca, iluminada por la tenue luz de
la luna.
Cuando
se acercaron, vio que un gran candado cuadrado estaba sujeto a la manija.
Originalmente, probablemente era resistente, pero ahora estaba envejecido.
Asato:
Esta hecha un desastre. No es de extrañar que a los niños les de curiosidad
esto.
Rai:
Probablemente también fue algo que se usó cuando existían los Dos Canes.
Cuando
recorrió la pared con la mirada, Konoe vio la puerta trasera del edificio a la
izquierda, paralela a ellos.
Konoe:
Hay que darse prisa.
No
sabía si vendría alguien ni cuándo. Quizás no los guardias, pero podría haber
visitantes que quisieran caminar alrededor del edificio o quisieran ver la
parte de atrás por curiosidad.
Konoe
se movió a la parte trasera del ala cerrada a paso rápido y puso su mano en la
cerradura.
Conocía
el método para abrirla. Y, sin embargo, la tensión se acumuló rápidamente y las
orejas de Konoe bajaron ligeramente.
Más
que nada, quería afilar sus garras en un árbol.
TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL POR: SAKURADA DI
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