Cuando
entraron en el bosque, de repente ya no pudo ver a Konoe. Lo había perdido de
vista. Presa de la preocupación, Asato se volvió hacia el único lugar en el que
podía estar.
Seguramente,
Konoe estaba allí. Él simplemente lo sabía. Atravesó la arboleda y caminó hacia
su destino.
Asato:
….
Asato
se quedó sin palabras. Este era sin duda el jardín de flores. Pero los colores
de las flores eran completamente diferentes a como las recordaba Asato.
Su
color había cambiado. Las flores mecidas por el delicado viento parecían
brillar débilmente. El exuberante día se había ocultado, y ahora una sensación
algo hechizante y siniestra flotaba en el aire.
Por
la noche, las flores cambiaron...
Aquí,
los pensamientos de Asato se cortaron y miró hacia arriba.
Acompañado
por el brillo seductor de las flores, Konoe se quedó allí.
Esta
figura ciertamente era Konoe, pero Asato frunció el ceño. Era como si este
Konoe... fuera falso.
En
su boca, se había formado una leve sonrisa. El demasiado... rico aroma de las
flores llenó suavemente el cuerpo de Asato.
Asato:
¡¿?!
De
repente, su corazón comenzó a latir rápidamente. Estaba empapado en un sudor
frío.
Una
imagen brilló en la parte posterior de sus ojos. Varios recuerdos, varios
sueños brillaron en fragmentos. No pudo reconocer a ninguno de ellos; solo
sabía que eran cosas horribles.