martes, 1 de noviembre de 2022

Slow Damage - Ruta Común #16

¡FELIZ DIA DE MUERTOS! 

Para festejar esta época de muertitos, les traigo la siguiente parte de este juego, escena donde hay bastante sangre 7w7. 

¡A disfrutar! 


Capítulo 1 – Frase

 

Ikuina: Lo que más deseo, es ver las cicatrices en la piel de las personas. Para ser más preciso, quiero ver las cicatrices que están por dentro de ellas.

 

Ikuina: Pero no puedo hacer eso, así que traté de lastimarme el brazo, pero no fue suficiente.

 

Ikuina, cruzando ambos de sus brazos estrechados, intenta soportar el dolor invisible mientras muestra una leve sonrisa.

 

Ikuina: Las flores no resisten como los humanos, pero si son dañadas, derramarán fluidos corporales.

 

Ikuina: Sentí como si me estuvieran aceptando, y eso me consoló.

 

Ikuina: Pensé que mientras tuviera flores, podría aguantar de alguna manera. Pero, poco a poco comencé a pensar que eso no era suficiente.

 

Ikuina: Además, cuando destruí varias veces las flores, comencé a sentir pena por ellas.

 

Una línea de visión confusa atrapa a Towa.

 

Ikuina: Misteriosamente, no pienso eso de las personas. Pensar que sean lastimosas y sienta pena por ellas. Pero la gente se resiste tanto que no puedo hacerlo bien.

 

Ikuina: Estaba pensando en qué hacer todo el tiempo... una manera de tratarlos después de cortarlos.

 

Ikuina: Entonces, pensé que si los curaba después de cortarlos, tal vez podría ser perdonado.

 

Ikuina: Además, en esta ciudad existe el Deathmatch, así que, si alguien llegara a toparse con gente herida, no le daría mayor importancia.

 

Ikuina: Los ojos alrededor del continente son estrictos, así que no podía hacerlo. Por eso decidí venir a esta ciudad.

 

Ikuina: Pensé que no era seguro, pero aun así creí que Shinjinkai tendría más personas como yo que en el resto del continente.

 

Hasta ahí, Ikuina dejó de hablar, exhaló un poco, y apretó sus cejas.

 

Ikuina: Mantendré mi deseo por herir a la gente al mínimo, y luego usaré flores en su lugar... Me he estado engañando a mí mismo para hacer eso... pero ya no puedo hacerlo más.

 

Ikuina: Es insatisfactorio y doloroso, y cuanto más corto a alguien, más crece mi deseo …

 

Ikuina: Fue en ese momento en que te encontré tirado inconsciente en ese lugar por casualidad …

 

Ikuina: Cuando estaba tratando tu herida después de haberte cortado, las vi. Las cicatrices por todo tu cuerpo.

 

Ikuina: Recibí un gran shock que hizo temblar todo mi cuerpo y justo en ese momento me di cuenta de mi propio deseo.

 

Ikuina: Aah, yo …. En verdad deseaba con todo mi corazón lastimar a la gente. Cortarlas, y ver el contenido en el interior de ellas.

 

Towa: ¿Fue por eso que me trajiste a esta habitación?

 

Ikuina asiente con una expresión de angustia.

 

Ikuina: Sí. Solo, que al verte en aquel momento no fue con intención de cortarte. Solo pensé que me gustaría ver más tus cicatrices.

 

Ikuina: Tus cicatrices …. En especial, la gran cicatriz que tienes en medio de tu pecho …

 

Ikuina cierra la boca y traga saliva como si estuviera recordando algo.

 

Ikuina: La cicatriz en tu pecho en verdad que era sorprendente. Y pensé, ¿cómo heriste para dejar tan cicatriz …?

 

Ikuina: Después de que te fuiste, mi ansiedad no me dejaba dormir …

 

Ikuina: Inmediatamente volví a donde Towa había caído inconsciente y me pregunté, ¿No habrá alguien que conozca a aquella persona llena de heridas?

 

Ikuina: Aunque, en aquel momento no conocía el nombre de Towa-san …

 

Ikuina: Un día, conocí a una persona. Esa persona me contó sobre Towa-san, y fue así que decidí ir a “Roost”.

 

Towa: ¿Una persona? ¿Quién?

 

Ikuina: Eso … lo siento. No puedo decirlo.

 

Ikuina muestra una expresión en su mirada que parece de disculpa.

 

Towa: ¿Fue a propósito que entregaras flores de manera anónima?

 

Ikuina: Sí. Solo quería acercarme más a ti, Towa-san. Pero, ¿cómo es que te diste cuenta que era yo?

 

Towa: Por el idioma de las flores. Pusiste mucho sentimiento en ellas.

 

Ikuina: Aah … A decir verdad, una parte de mí deseaba que te dieras cuenta.

 

Ikuina se ríe un poco tímido.

 

Towa: Además, olí el aroma de Absenta en las flores que entregaste.

 

Ikuina: ¿Absenta? ¿Fue la artemisa?

 

Towa: Es el aroma de esta habitación, ¿no es así?

 

Ikuina: Así es. Hace mucho tiempo, mi abuela solía cultivar artemisas. Y de alguna manera terminaron por gustarme. Al oler su aroma, de alguna forma me tranquiliza. 

 

Ikuina: Es por eso que hice una bolsita de aroma y esparcí el aroma por todas partes. Por supuesto, también cultivo esas flores. 

 

Ikuina: Pero, veo que el aroma es algo que es muy fácil de pegarse. No me había dado cuenta para nada. Fui descuidado.

 

Mientras decía eso, por alguna razón, Ikuina sonreía alegremente.

 

Ikuina: Yo, siempre pensé que Towa-san de alguna manera podría llegar a entender mis sentimientos.

 

Ikuina: La imaginación que tenía sobre querer ver las heridas internas de las personas, fue haciéndose fuerte, al punto que ya no sabía que debería hacer.

 

Towa: ¿Siempre fuiste así?

 

Ikuina: No. Es solo que, cuando era niño recibí un gran shock. Creo que probablemente, comencé a ser así desde ese entonces ….

 

Towa: ¿Shock?

 

Ikuina: No lo recuerdo muy bien. Pero, al parecer cuando era niño, acuchillé a una persona una, una y otra vez.

 

Ikuina: Estaba aterrado, quería huir, pero … lo que si recuerdo muy bien es toda aquella sangre roja fluyendo de las heridas.

 

Ikuina: Creo que esa acción violenta fue la que me hizo cambiar.

 

Después de decir eso, Ikuina respiró hondo y cerró los ojos.

 

Parece que está tratando de calmar sus sentimientos. Muerde sus mejillas que se habían sonrojado y estira sus labios, pareciendo soportar la vergüenza.

 

Mientras tanto, Towa miró ligeramente los alrededores.

 

Hay pétalos que están esparcidos por el piso y la mesa de la habitación, y la cama en donde estaba acostado, también había pétalos esparcidos como decoraciones sobre ella.

 

Towa: Hazlo.

 

Ikuina: ¿Eh …?

 

Al escuchar esas palabras, los ojos de Ikuina se abrieron ampliamente como si estuviera sorprendido.

 

Towa: Ya entendí tu deseo. Haz lo que quieras.

 

Ikuina: Towa-san …

 

Ikuina observa a Towa con una expresión atónita.


Towa se subió las mangas de una de su camisa y extendió su brazo lleno de cicatrices.

 

Cuando Ikuina vuelve a agarrar suavemente el cuchillo con sus dedos temblorosos, apunta la punta al brazo de Towa.

 

Ikuina: ¿En verdad puedo hacerlo?

 

Se detiene justo antes de que el cuchillo tocara el brazo, y mara a Towa como si Ikuina estuviera perdido.

 

Towa no respondió nada, solo una leve sonrisa apareció en su rostro.

 

Las mejillas de Ikuina estaban fuertemente sonrojadas, y mira el brazo desnudo de Towa.

 

Eventualmente, la hoja del cuchillo fue presionada contra la piel de ese brazo ...

 

Y de repente, rasgo la piel. 




Una línea roja se extiende sobre la piel y sangra gradualmente, y tan pronto como se ve, se vuelve líquida y se desborda.

 

Ikuina: Ah …

 

La respiración de Ikuina se acelerada y deja escapar una voz jadeante.

 

Sintiendo el dolor de la herida cortada, Towa rió provocativamente hacia Ikuina.

 

Towa: Aún no es suficiente, a partir de ahora se viene lo bueno. Vamos …

 

Para estimularlo más, empuja más su brazo cortado contra Ikuina.

 

Ikuina hundió el cuchillo en la piel sin dudarlo, probablemente porque ya lo cortó una vez.

 

El corte de ahora fue más profundo que el de antes.

 

Towa: Ngh …

 

Towa jadea ante el dolor punzante.

 

El dolor desgarrador de ser cortado directamente, que no había sentido después de mucho tiempo, es diferente al sexo y la violencia. Este dolor es vívido.

 

Al recordar tal sensación, Towa se humedeció los labios con su lengua y los humedeció.

 

Ikuina: Ah, aah …

 

Se crea una nueva herida justo al lado de la primera herida, y la sangre se desborda y se traga la sangre de la primera herida.

 

El fuerte olor a hierro se esparce al instante. Ikuina baja el cuchillo y se forma una gran mancha roja en las sábanas blancas.

 

Los pétalos tirados sobre la cama parecen estar flotando en un mar de sangre.

 

Ikuina: Towa-san …. Towa-san …

 

Ikuina llama su nombre como si fuera una cuerda de salvación.

 

Sintiendo el hormigueo y dolor en la cabeza, Towa tiró de la herida con su otra mano para extender la herida en su brazo.

 

La sangre roja brillante que pareciera ser falsa brota, y la carne de color rosa pálido se asoma ligeramente a través de las grietas de la herida.

 

Ikuina: Ng ….

 

Al ver eso, la garganta de Ikuina resuena.

 

Lo está deseando.

 

Se comportaba como si fuera una persona que había estado enamorada durante mucho tiempo y que ahora finalmente decidera aparecer frente a mí.

 

Lo que he estado esperando está justo ahí.

 

Ikuina tomó suavemente el brazo ensangrentado de Towa y miró el interior de la herida, abriéndola y mordiéndola.

 

Mientras tanto, Towa recogió el cuchillo que había caído sobre las sábanas y cortó la parte posterior de la mano de Ikuina sin previo aviso.

 

Ikuina: ¡¿Ngh?!

 

Ikuina tira de su mano sorprendido y mira la cara de Towa.

 

Towa sonrió sin miedo y lamió un cuchillo empapado de sangre con la lengua.

 

Towa: Deja que yo también lo haga. Muéstrame lo que hay en tu interior.


Ikuina: Towa-san …

 

Y entonces, Ikuina parecía como si se hubiera ido volando.

 

Ikuina: Espera … Por favor, muéstrame la cicatriz en tu pecho.

 

Cuando Ikuina recibió el cuchillo, desgarra con el la camisa de Towa.

 

Una gran cicatriz que corre verticalmente en el pecho está expuesta, e Ikuina deja de moverse como si hubiera sido golpeado por un rayo.

 

Towa:  ….

 

Towa llevó su brazo ensangrentado a su pecho y lo frotó para mostrárselo a Ikuina.

 

La sangre fresca tiñe de rojo la cicatriz expuesta del pecho.

 

Ikuina: Uh …

 

La respiración de cada uno es áspera, y se puede ver a través de la ropa que la parte inferior de Ikuina que esa parte en especial esta abultada.

 

Sin embargo, no tenía la intención habitual de poseer mi cuerpo ahora. No estaba interesado en esos placeres ordinarios.

 

Quiere entrelazarse por medio de las heridas.

 

Tanto Ikuina como Towa, podían entenderse mutuamente sin necesidad de palabras.

 

Ikuina sujeta el cuchillo y pone el filo debajo de la clavícula de la Towa.

 

Tal como está, deslizó el cuchillo todo de una vez hacia el ombligo.

 

Towa: Hah ….

 

El dolor, que es mucho más fuerte que cuando se cortó el brazo, recorre el centro del cuerpo lo que hace que tenga que respirar profundo.

 

Una nueva línea roja emerge junto a la vieja herida y la sangre se desborda.

 

Ikuina: Hah … hah …

 

Ikuina suspira y lanza el cuchillo, arrastrando ambas manos sobre el pecho de Towa.

 

Pone su pulgar en el borde de la herida que acababa de hacer... y la empuja lentamente para abrirla.

 

Towa: Ah, haah ….



Towa frunció el ceño y exhaló como si jadeara.

 

Duele. Es literalmente un dolor desgarrador.

 

Y eso está bien.

 

El dolor que corta los nervios se convierte en placer en el cerebro.

 

El dolor es más cómodo que cualquier otra cosa.

 

Cuanto más dolor que directamente lastime su cuerpo mejor.

 

Allí, el calor se filtra y sube la intensidad del placer.

 

Quiero más dolor.

 

Quiero ser enloquecido por el dolor.

 

Ikuina: Aah …

 

Ikuina abre la herida en el pecho de Towa y deja escapar un suspiro que no es ni de admiración ni de sensualidad.

 

Es posible que los órganos internos no hayan sido cortados tan profundamente como se puede ver, pero la carne escondida es visible.

 

Ikuina temblaba cuando fue testigo del contenido en el interior de la herida con el que había soñado tanto.

 

Se puede ver la carne viva humedecida con sangre.

 

Ikuina: Towa-san …. eres hermoso. 

 

Ikuina murmura eso con un susurro.

 

Towa rió con un suspiro turbulento y robó de la mano de Ikuina, el cuchillo.

 

Ikuina se quita la ropa que llevaba puesta con una mano apresurada y mira a Towa.

 

Tal y como estaban, la punta de sus narices se acercaron tanto que parecían estar a punto de tocarse, y sus labios se acercan a los de Towa hasta superponerse …

 

Towa presionó el cuchillo contra el pecho de Ikuina y lo cortó verticalmente.

 

Ikuina: ¡Aaaahg! 


Ikuina grita un poco y aprieta los dientes.

 

La primera herida nace en aquel pecho limpio, y gotas como lágrimas rojas se derraman.

 

Towa levantó ligeramente la parte superior de su cuerpo y pasó su lengua por la herida de Ikuina recién hecha.

 

Ikuina: ¡Duele …!

 

Lame la herida de abajo hacia arriba. El sabor de la sangre llenó su boca.

 

Ikuina: Uh … uuh …

 

Ikuina frunce el ceño, y mientras derrama lágrimas, mira a Towa y sonríe.

 

La expresión, que estaba alterada por el dolor y el placer, parecía muy feliz.

 

Ikuina: Así hacemos juego, ¿verdad? Me pregunto si quedaremos con la misma cicatriz.

 

Towa: Quien sabe.

 

En respuesta, Ikuina sonrió profundamente y se amontonó lentamente sobre Towa hasta cubrirlo con su cuerpo.

 

Lo que los conecta es una herida en el pecho.



La herida recién hecha de Ikuina se superpone sobre las viejas cicatrices de Towa.

 

Esa era la clase de conexión que ambos deseaban.

 

Ikuina: Ah … agh …

 

Towa: Fuh ….

 

La sangre brota y se desliza entre los ambos pechos. Es cálido.

 

Ese dolor intermitente también es una señal de vida.

 

Cada vez que Ikuina se mueve, las heridas quedan atrapadas entre ellas. Y la sensación de sentir la carne tierna rozarse era genial.

 

La sangre que se desborda sin cesar es cálida y humedece el cuerpo de Towa y de Ikuina.

 

Ikuina: Ah … Towa-san …

 

Ikuina toma el cuchillo y lo presiona contra el brazo de Towa.

 

Cuando se tira de la cuchilla, se crean nuevas heridas y de ellas, comienzan a fluir el líquido rojo.

 

Esta vez, Towa es que agarra el cuchillo y de igual manera, rasga la piel de Ikuina.

 

Ambos se lastiman entre sí, mientras continúan rozando las heridas en sus pechos, compartiendo un sin fin de dolor.

 

Ikuina: Towa-san …. Towa-san …

 

Towa: Haah … hehehe ….

 

Towa se rió porque estaba harto del sangrado y el dolor.

 

Sus respiraciones inhaladas y exhaladas están manchadas de sangre.

 

Algo toca su mano, que se desliza sobre las sábanas.

 

Eran los pétalos de flores dispersos.

 

Towa agarró algunos de los pétalos y los dejó caer sobre la espalda de Ikuina.

 

Los pétalos caen, se intercalan entre los dos pechos y se frotan, convirtiéndose en escombros rojos.

 

TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL POR: SAKURADA DI



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